Los siete mitos más comunes sobre el cáncer de colon que aumentan el riesgo de la enfermedad

Los siete mitos más comunes sobre el cáncer de colon que aumentan el riesgo de la enfermedad

El cáncer de colon afecta, principalmente, a hombres y mujeres mayores de 50 años, con un pico de incidencia entre 65 y 75 años (Freepik)

 

 

 

El cáncer colorrectal es el tercer tipo de cáncer más frecuente en el mundo y representa el 10% de todos los casos de cáncer y es la segunda causa de muertes relacionadas con esta enfermedad en el mundo, advierte la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Por Infobae

Sin embargo, el 90% de los casos pueden prevenirse si se diagnostican en forma temprana, advierten desde la Fundación Gedyt, en el marco del mes de concientización de esta enfermedad y en vísperas del Día Mundial de Cáncer de Colon que se conmemora este domingo.

Para arribar a un tratamiento precoz y exitoso, la población debe conocer cuáles los estudios preventivos disponibles y descartar los miedos provocados por desconocimiento o desinformación. Para tomar conciencia, la Fundación Gedyt, que es referente en la investigación, formación de profesionales de la salud y prevención, lanzó la campaña #CómoEstáTuColon, para derribar mitos sobre la enfermedad.

Qué es el cáncer de colon

Es un tumor maligno que se desarrolla en el intestino grueso, compuesto por el colon y el recto; por ello también se lo conoce como “cáncer colorrectal”.

En sus fases tempranas, se presenta como una lesión en la superficie de la mucosa del colon, por eso es prevenible y curable. Es de lento crecimiento y, detectado a tiempo, puede extirparse y curarse en más de un 90% de los casos.

El cáncer de colon en su etapa inicial se presenta de manera asintomática con pólipos, que son crecimientos anómalos que se generan en el colon y el recto. Estos tejidos pueden tardar desde 10 hasta 15 años en convertirse en tumores que luego se desarrollan rápidamente.

Por eso son importantes los estudios como la colonoscopía para lograr detectarlos a tiempo y prevenir su evolución en tumores malignos. Cuando la enfermedad avanza, comienza a provocar síntomas como: sangrado rectal o en las heces; cambios en el ritmo evacuatorio; dolor abdominal, molestias o calambres frecuentes; pérdida de peso inexplicada o anemia.

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