Los Caparros cortaban dedos de sus víctimas en Colombia y cobraban para revelar el paradero de los cadáveres

Los Caparros cortaban dedos de sus víctimas en Colombia y cobraban para revelar el paradero de los cadáveres

Foto: Gaula de la Policía Nacional de Colombia

 

 

En una investigación que adelantó el Gaula de la Policía Nacional de Colombia, se logró develar un espeluznante modus operandi de una estructura que se dedicaba a los secuestros en Urabá (Antioquia) y los departamentos de Cauca, Valle, Atlántico y Norte de Santander.





Por SEMANA

Según la autoridad, “fueron capturados nueve presuntos integrantes del grupo delincuencial Los Caparros, por los delitos de secuestro extorsivo agravado, tortura y desaparición forzada. Serían los responsables de haber secuestrado a dos primos, a quienes les ofrecieron trabajo para que se desplazaran desde Cali hasta el municipio de Medio Baudó (Chocó), donde supuestamente serían empleados en una mina de oro”.

El coronel Giovanny Cristancho, director del Gaula de la Policía dijo que, “con la ilusión de haber encontrado un empleo, el día 7 de enero del 2023, los dos hombres llegaron hasta el municipio de la Virginia (Risaralda), desplazándose luego hacia el departamento del Chocó, a donde llegaron el pasado 8 de enero, enviando a sus familiares la ubicación del lugar donde se encontraban”.

Añadió el oficial que, “horas más tarde, la familia de las víctimas recibió un mensaje donde les exigían 100 millones de pesos para no atentar en su contra y dejarlos en libertad, pues los habían secuestrado”.

Dijo el coronel Cristancho que, “buscando recobrar la libertad de sus seres queridos, los familiares no tuvieron más opción que empeñar la casa y vender algunos objetos personales, aunando cerca de 19 millones de pesos que enviaron a los secuestradores. Sin embargo, su calvario hasta ahora estaba empezando; pues, a través de varios videos que le grabaron a uno de los secuestrados, se evidenciaba al hombre rogando por su vida a la vez que era torturado por los delincuentes”.

“Un mes después de no saber sobre el paradero de los dos hombres, el cabecilla de la organización, alias Picapiedra, recluido desde el año 2015 en la cárcel de Popayán, por los delitos de secuestro simple y secuestro extorsivo, se comunicó con la familia, informándoles que estaban muertos, exigiendo 100 millones de pesos para darles la ubicación donde se encontraban los cuerpos”, explicó el coronel Cristancho.

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