Arde la Tierra y los científicos están alarmados: ¿Por qué los políticos y la gente no parecen preocupados?

Arde la Tierra y los científicos están alarmados: ¿Por qué los políticos y la gente no parecen preocupados?

Europa vuelve a sufrir una terrible ola de calor. En Sevilla, se registraron 52 grados centígrados esta última semana. (AP Photo/Manu Fernandez)

 

 

 

La semana pasada fue la más calurosa registrada en la Tierra desde hace, al menos, 150 años. Todo el hemisferio norte vive un verano en el que la vida humana se hace cada vez más difícil sin estar bajo aire acondicionado. Y el fenómeno de El Niño promete empeorar mucho las cosas en los próximos días. Los científicos están alarmados por la rapidez con la que se está registrando el cambio climático. Pero esta preocupación no parece permear en los políticos, las campañas electorales y en la mayoría de la gente. Nos estamos cocinando lentamente (literalmente) como las ranas y no nos damos cuenta, no sabemos o no nos importa.

GUSTAVO SIERRA // INFOBAE

Si una rana se pone repentinamente en agua hirviendo, saltará, pero si la rana se pone en agua tibia que luego se lleva a ebullición lentamente, no percibirá el peligro y se cocerá hasta la muerte. Así estamos nosotros. Lo sabemos, lo vemos, nos taladran los oídos con noticias de lo que ocurre permanentemente. Pero no nos importa. Tenemos una enorme incapacidad para reaccionar ante las amenazas siniestras que surgen gradualmente en lugar de hacerlo de repente. Nos lo anuncian, nos previenen, tenemos tiempo para solucionar el problema, pero no lo hacemos. Preferimos morir cocinados. Sí, también sabemos que hay enormes intereses económicos que trabajan para que nada suceda.

La semana pasada fue la más calurosa de la historia del planeta. Es probable que la llegada de un fuerte fenómeno de El Niño, proveniente de las mareas del Pacífico, eleve aún más las temperaturas globales y provoque fenómenos meteorológicos extremos e inéditos en todo el mundo. Las temperaturas del Atlántico Norte están alcanzando temperaturas “fuera de serie”, según la Organización Meteorológica Mundial (OMM).

El martes 7 de julio se superaron los 17 grados centígrados de temperatura media global de la Tierra. Un ignoto podría decir que se trata de un día muy agradable para dar un paseo, pero para que ese sea el promedio, se tuvieron que dar mediodías de más de 50 grados en muchos lugares. Por ejemplo, en Sevilla fueron 52 grados. Según la directora del Woodwell Climate Research Center, fue la temperatura promedio más alta “en al menos 100.000 años”. Son estos récords los que se convierten en una prueba más del calentamiento global provocado por el ser humano con sus emisiones de efecto invernadero y que desataron una crisis climática que se manifiesta con estos fenómenos meteorológicos extremos cada vez más fuertes y frecuentes.

“No es un récord para celebrar y no será un récord por mucho tiempo, ya que el verano del hemisferio norte todavía tiene dos meses más y se está sumando el fenómeno de El Niño en el Pacífico”, advirtió Friederike Otto, profesora del Instituto Grantham de Cambio Climático del Reino Unido. En México, solamente, murieron 112 personas desde marzo a causa del calor. La ola de altísimas temperaturas penetró hacia el norte y dejó casi inhabitable buena parte de Texas, Arizona y New Mexico. En la India murieron 44 personas en un día en el estado de Bihar. Beijing soportó su sexta ola de calor con más de 45 grados tres días seguidos. Y el Reino Unido tuvo el junio más caliente desde que comenzaron a anotarse las temperaturas en 1884.

La Tierra ya está 1,2 grados centígrados más caliente que en la era preindustrial. Los científicos más destacados del mundo en temas meteorológicos coinciden en afirmar que si superamos la barrera de 1,5 grados en el calentamiento global, las consecuencias serán irreversibles. Los últimos estudios indican que llegaremos a ese umbral antes de 2027. La OMM advierte que este año El Niño -que llega después de que el planeta pasara tres años bajo la influencia de La Niña, la fase de enfriamiento del ciclo del Pacífico- está llamado a “empujar las temperaturas globales hacia un territorio desconocido”.

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