Administrar la prosperidad: un turismo de calidad, por Abraham Sequeda

Administrar la prosperidad: un turismo de calidad, por Abraham Sequeda

Son innumerables las propuestas, iniciativas, convocatorias y reuniones entre representantes de instituciones, organizaciones civiles y empresarios, para reavivar las actividades en torno al turismo, en uno de los estados más hermosos y potentes de Venezuela: Mérida.

Pueden discutirse muchos asuntos y la realidad es que el estado Mérida es privilegiado entre otras cualidades, por sus paisajes. Puede pasar una persona 100 veces por un mismo lugar y seguro una vez más verá desde cierto ángulo, una vista nueva, placentera, única, atrayente y bella.

No es extraño que familias enteras se hayan originado y desarrollado con alguna actividad artesanal, así también con la buena disposición y arreglo de posadas y hoteles. Adicionalmente una característica ejemplar y digna de copiar es que sus pobladores, en una gran proporción son gustosamente y activamente partícipes del ornamento de sus ambientes cercanos.





A todas estas, tras el dominio del gobierno central y de cínicas mentes que han postrado al país, también se ha afectado y con mucha saña a Mérida. La estructura de gobierno aplastó cualquier capacidad de proteger y hacer crecer el turismo, principalmente a través de un asfixiante suministro de combustible, un elemento que afecta o paraliza otras actividades económicas.

Planificado o no, a los operadores políticos del gobierno parece gustarle mantener a Mérida (entre otros estados del país) en estas condiciones, sin percatarse que sus días de vida inútil en el poder se están extinguiendo; más aún, ya se ha sembrado y crece en las mentes de todos los interesados en un turismo de calidad, la real posibilidad de un inicio prospero para Mérida, los merideños y todos los venezolanos.

Sin embargo, la propuesta de negocio y desarrollo para los años por venir no es propiamente la de influenciar directamente las actividades turísticas y sus precursores, sino el de acometer planificados, sustentables y eficientes servicios públicos (incluyendo una excelente conectividad digital), lo demás queda en manos del capital humano, su experiencia y tradición, que seguro sabrá dirigir los esfuerzos con las oportunidades para cumplir estas metas de bienestar en un mediano plazo, puesto que el alcance de sus proyectos será directamente proporcional a sus esfuerzos, capacidades, recursos económicos y materiales.

@abrahamsequeda