Tras 18 días, así avanza el operativo para encontrar a los niños perdidos en la selva de Colombia

Tras 18 días, así avanza el operativo para encontrar a los niños perdidos en la selva de Colombia

Ejército y comisión judicial en la zona de la avioneta accidentada en la selva de Caquetá y Guaviare. Foto: Fuerzas militares

 

Ya completa 18 días la incansable búsqueda de siete personas que viajaban en la avioneta accidentada en la selva amazónica. El 16 de mayo fueron hallados los cuerpos de 3 personas adultas y desde entonces se busca por tierra a los 4 niños desaparecidos y de los cuales se tienen esperanzas de que estén vivos caminando por la zona.

Por eltiempo.com

Edwin Paky, uno de los indígenas líderes de búsqueda, habló con EL TIEMPO y explicó cómo han sido las largas jornadas de búsqueda y los hallazgos realizados hasta el momento.

“El martes -sobre las tres de la tarde -, nosotros, que estábamos en la búsqueda de la avioneta desde una semana antes, encontramos la avioneta y le avisamos enseguida al Ejército, pero demoró la llegada de ellos porque no entendían nuestras coordenadas, pues nuestra forma de manejarlas son diferentes a las de ellos”, explica Paky.

Sobre la mañana del 17 de mayo fue cuando las Fuerzas Militares le informaron al país que se halló la aeronave accidentada y se encontraron allí los cuerpos de Hernando Murcia Morales, el piloto; Herman Mendoza Hernández, copiloto y líder indígena; y la mamá de los niños, Magdalena Mucutuy Valencia.

Desde ese martes 16 de mayo las labores de búsqueda, compartidas entre comunidades indígenas locales y vinculadas a la familia desaparecida, que son del resguardo Puerto Zábalo, son jornadas de nueve horas a sol, sombra y lluvia.

“Desde la mañana que nos levantamos, solo nos bañamos, comemos algún enlatado con fariña y volvemos a la selva a buscar”
, agrega Paky.

El Ejército busca al norte y los indígenas al suroriente, más cerca del río Caquetá y en límites del Parque Nacional Natural Sierra de Chiribiquete, que sería por donde está el mayor rastro que han dejado los niños.

Ese rastro está conformado, indicó Paky, por huellas de pequeños pies descalzos, un tetero, fruta como el juan soco o avichure, que está de temporada en la zona, que ha sido comida por humanos, y hasta un pequeño resguardo construído con hoja de palma de milpesos y camas de hojas de platanillo.

Pero las huellas y demás rastros fueron hallados el martes y miércoles, desde entonces no hay más hallazgos y las huellas son mucho más difícil ahora que se han acercado más al Chiribiquete, pues el terreno no permite que estas se formen y sean visibles. “En esta zona del chiribiquete el suelo es más de gravilla y piedras, entonces ya no hay huellas de nada”, explica Paky.

Hay esperanza de que los niños estén con vida, pero no todos

Edwin Paky aseguró que es muy probable que el niño de once meses ya no esté con vida, porque la alimentación que tienen es muy reducida y de hecho a esa edad en su comunidad un bebé nunca ha comido frutas de la selva.

“A los once meses ese niño solo toma el pecho de la madre y algún pescado muy suave, no comen frutas, por eso pensamos que el niño de 11 meses no podría sobrevivir. Pero la niña de 11 años los está guiando y ella sí conoce la selva, por eso los otros sí podrían estar vivos”, asegura el líder indígena.

En la zona también hay mucha presencia de jaguares, el depredador terrestre más grande y letal de Suramérica, lo que hace temer por el bienestar de los niños, pero Paky asegura que no hay indicios de que un jaguar los haya atacado.

“Por lo general acá los jaguares comen otras cosas. Hemos caminado y hemos encontrado restos de animales que el jaguar ha cazado, pero son restos de otras especies. También hemos hecho seguimiento de las aves carroñeras de la zona y vamos a los lugares donde hemos avistado que se alimentan, pero tampoco hay rastros humanos. Pero el hecho de que haya tanto jaguar sí nos afana mucho”, dice Paky.

Búsqueda sigue y aumentaron el equipo de rescate en la selva

Entre tanto, el Ejército sigue la búsqueda en otro sector de la selva, a la vez que los miembros de la comunidad indígena hacen la suya propia y el padre de los niños también los acompaña.

Mientras que los locales han explorado alrededor de 40 kilómetros de terreno, según indicaron, los militares avanzan menor rápido, utilizan perros, van en bloques y usan altavoces con audios que grabó la abuela de los niños en su idioma nativo con la esperanza de que los menores los escuchen y den señales de su ubicación.

Además, este 19 de mayo, por orden del Comandante de las Fuerzas Militares, el general Helder Fernan Giraldo Bonilla, salieron desde Antioquia cerca de 50 Comandos Fuerzas Especiales con rumbo a San José del Guaviare.

Estos Comandos serán insertados de inmediato para apoyar la búsqueda de los cuatro menores desaparecidos.

De igual manera, en la noche del 18 de mayo, en helicópteros del Ejército Nacional y la Fuerza Aérea se continuaron realizando labores de perifoneo para orientar a los menores y que sepan que la búsqueda no se ha detenido.

Así mismo, en tierra los cerca de 100 comandos de las Fuerzas Especiales continúan con megáfonos, pitos y otros elementos en la incansable labor de ubicar a los cuatro hermanos.

“La Operación Esperanza es un esfuerzo humanitario de las Fuerzas Militares y las instituciones que busca localizar y rescatar a estos pequeños”, dijeron desde el Ejército Nacional.

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