Escribo estas líneas enterándome que hordas bolsonaristas asaltaron las sedes de los poderes públicos en Brasilia y amenazan con hacer lo propio en todo ese inmenso país.
Nada nuevo: algo similar se veía venir desde que el presidente Bolsonaro indicó que en materia de política le gustan las acciones de Donald Trump.
Sin embargo cabían dudas a pesar de que el guión es prácticamente el mismo que en USA usaron las hordas de seguidores de Trump, hace dos años.
Brasil es miembro de los BRICS y en materia política sus instituciones desde la llegada de la democracia… tras décadas de férrea dictadura militar… siempre han sido cautas a pesar de que evidentemente Lula y Dilma fueron desalojados del poder de manera poco ortodoxa.
Sin embargo lo que allí se ha visto este domingo de Adviento es el funeral de la democracia… o al menos tal como hasta ahora se había concebido ese incruento y civilizado método, no solo para gobernar, sino también para adjudicar los cargos de mandamás.
En nuestro país eso quizás no se perciba de tal manera y la discusión al respecto… hasta los momentos se ha polarizado y así no hay manera de que el lector o el pueblo en general… pueda sacar conclusiones sanas porque venden los medios como opiniones lo que no pasa de vulgar propaganda.
Me sorprende que en una sociedad como la nuestra, que se jacta de ser muy demócrata… pocos o casi nadie caiga en cuenta que el fenómeno Trump, Bolsonaro o Guaidò… en el fondo revela el final de la democracia y el comienzo de una nueva Edad Media donde aparte de masas empobrecidas… solo habrá espacio para ricos que hacen lo que les viene en gana… y cuando discrepan… usan la violencia.
Advierto sin embargo y para finalizar que viendo lo que sucede en Brasil, Venezuela y puede suceder en Chile… lectores con bases de datos o muy pobres o cuando no poco relacionadas entre sí… piensen que desconocer el Estado de Derecho… sin aportar pruebas en contrario… sin abrir juicio y a contrapelo de las decisiones de los organismos encargados… es cosa de países pobres… con una educación deficiente y meridionales cuando no africanos.
¡Pero no!
En nuestro país por ejemplo son los demócratas quienes tuercen leyes e instituciones cuando están en el poder –aunque últimamente lo hacen desde la oposición presuntamente legal-… o cuando una decisión les afecta sus intereses. Eso es cierto pero dicho de esta manera es una verdad a medias.
La realidad exige que revisemos las últimas actuaciones de países que se jactan de tener el mayor respeto al orden jurídico: digamos los británicos.
Por ejemplo analicemos la manera cómo los ingleses que han vuelto a sus orígenes… empleando la piratería aunque ahora los piratas vistan de toga y birrete… y tampoco lleven un loro sobre el hombro… se han birlado el oro de las reservas que la Nación en mala hora guardó en un banco de aquella nacionalidad.
¿Acaso es democrático o legal a la luz del derecho internacional… que un juez británico… decidiera que las últimas elecciones en USA fueron un fraude… que para él es Trump el presidente… y que por tanto el oro y las cuentas que el gobierno yanqui mantiene en el Reino Unido… se expropian para que sea la corona ahora de Carlos III quien administre esos bienes… hasta que míster Trump designe embajador?
¿Qué autoriza a ese pirata para actuar de esa manera?
No es la única barbaridad cometida por autoridades del primer mundo… actuando como piratas… en solitario… o aliados circunstancialmente por politiqueritos y leguleyos del país afectado… que a cambio de migajas intentan dar piso… a un robo.