Destransición en California: Nació mujer, se operó para ser hombre y se arrepintió

Destransición en California: Nació mujer, se operó para ser hombre y se arrepintió

Carol pasó cuatro años como hombre y luego se arrepintió de su cambio de sexo.

 

Carol había sospechado durante mucho tiempo que su vida cotidiana en la California rural sería más fácil siendo hombre. Sin embargo, le sorprendió lo cierta que resultó ser aquella percepción. Como mujer de aspecto masculino (y “no muy dada a las sonrisas”) era tratada habitualmente con ligero desprecio, afirma. Tras una doble mastectomía y unos meses de tratamiento con testosterona (que le proporcionó vello facial y una voz grave) “la gente, las cajeras, todo el mundo se volvió de repente de lo más amable”.

Por Clarín 





Sin embargo, Carol no tardó en sentirse desdichada como hombre trans. En un primer momento, la testosterona, que empezó a inyectarse a los 34 años, le había subido el ánimo y los niveles de energía. Sin embargo, al cabo de dos años también empezó a sufrir unos efectos secundarios espantosos. La atrofia vaginal y uterina (que puede hacer que los tejidos se agrieten y sangren) era “dolorosísima”. Le aumentaron los niveles de colesterol y comenzó a tener palpitaciones. Estaba tan nerviosa que padecía ataques de pánico.

Carol pasó cuatro años como hombre y luego se arrepintió de su cambio de sexo.

 

Así que empezó a tomar antidepresivos, y funcionaron. “Fue un momento de iluminación”, cuenta. “Vi de pronto que lo que necesitaba eran los antidepresivos, no la transición”. Se dio cuenta de que su disforia de género, la dolorosa sensación de estar en el cuerpo equivocado, no la convertía, en la práctica, en hombre.

Hace casi tres años, tras cuatro como hombre trans, Carol se convirtió en “destransicionadora”: alguien que tomó hormonas del sexo opuesto o se operó (o ha hecho ambas cosas) y que luego se dio cuenta de que todo fue un error. Su experiencia ilustra los peligros de un modelo de atención afirmativa de género que acepta el autodiagnóstico de los pacientes que dicen ser trans y que en Estados Unidos es hoy la práctica habitual en el campo de la medicina transgénero.

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