La cuna de Judas y los métodos de tortura más dolorosos y crueles de la historia

La cuna de Judas y los métodos de tortura más dolorosos y crueles de la historia

Las personas acusadas de herejía tenían los peores castigos. FOTO: iStock

 

La historia nos ha demostrado que la mente humana es una herramienta poderosa y privilegiada, pues no posee límite alguno. Constantemente el ser humano se supera a sí mismo, sobre todo después de momentos en los que la oscuridad, la ignorancia y la muerte se paseaban en la Tierra en unión nupcial.

Por El Tiempo

Sin embargo, ha habido personajes que han utilizado su materia gris para crear una absoluta industria del sufrimiento, pues estaban convencidos de un modo muy radical de lo que creían, y no toleraban a quienes actuaban y pensaban diferente.

El ser humano es una máquina de la muerte. Este hecho se reafirma constantemente una y otra vez; y no hace falta mirar al pasado para encontrar los argumentos que sustentan esto. La humanidad está en una relación tóxica consigo misma.

Obviamente la creatividad ha extendido su mano para dar génesis a varias formas de hacer sufrir al prójimo. Algunos de estos métodos quedaron en los libros de historia. Pero hay otros que se encuentran inmortalizados de forma tangible en varios museos.

Uno de esos lugares es el Museo de la Tortura. Se encuentra en Santillana del Mar, una pequeña población en la comunidad autónoma de Cantabria, al norte de España; nación donde hizo acto de presencia la Inquisición, un grupo de instituciones católicas que dedicaron recursos, conocimientos y altas dosis de dogmatismo para castigar y ejecutar a aquellas personas que cometieran actos considerados incorrectos por la Iglesia.

Este museo se destaca por tener una gran colección de máquinas especializadas en la muerte lenta y dolorosa utilizadas durante la oscura Edad Media, cuando las instituciones hacían y deshacían en Europa a sus altas y anchas.

Los instrumentos que se exhiben ahí pasan desde lo más convencional (como un hacha o una guillotina) hasta máquinas especializadas en torturar a aquellos que eran señalados por herejía o brujería.

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