Filas de largas horas de duración se formaron el lunes en gasolineras de La Habana, capital de Cuba, luego de que medios locales informaran sobre el racionamiento de combustible en al menos una provincia en medio de una aguda crisis económica que, además de la escasez de alimentos y medicinas, ha mermado el suministro de combustible en toda la isla.
Por Dave Sherwood | Reuters
Geobel Quintero, coordinador de programas del gobierno provincial de Matanzas, dijo a los medios locales que el racionamiento había comenzado en esa provincia el domingo, pero minimizó el problema y atribuyó el déficit principalmente a problemas de distribución.
“Esto no es consecuencia de un déficit de combustible en el país”, dijo Quintero al diario provincial estatal Girón. “Este es un problema temporal”.
Quintero dijo en el informe que la empresa estatal Transcupet, que provee combustible a las estaciones de servicio del país, estaba trabajando solo con el 62% de sus camiones de reparto. Los problemas logísticos habían obstaculizado la distribución, según el informe.
La noticia del racionamiento se extendió rápidamente por la vecina provincia de La Habana, donde el combustible restante se agotó rápidamente el domingo, dejando poca gasolina y diésel disponible en las estaciones de La Habana el lunes.
“Estoy aquí desde las 7 de la mañana y ahora son las 11:30, cuatro horas”, dijo Jorge Páez, de 53 años, un trabajador independiente que espera en una fila de casi un kilómetro para cargar combustible en su motocicleta sidecar de la era soviética. “Esta es una situación que se repite cada tres meses… y el problema nunca se resuelve”.
El gobierno cubano no respondió de inmediato a una solicitud de comentarios.
Los funcionarios en Cuba han culpado previamente al embargo estadounidense de décadas y a las severas sanciones más recientes bajo el expresidente estadounidense Donald Trump por complicar las importaciones extranjeras de combustible a la isla.
El debilitado suministro de combustible de Cuba también se debe a la disminución de la producción interna, la limitada capacidad de refinación y la dependencia de su aliado Venezuela, que está sufriendo sus propios problemas de producción, según Jorge Piñón, profesor y experto en política energética de la Universidad de Texas en Austin.
“El actual desafío de combustible de Cuba es el resultado de la baja producción de las refinerías y su incapacidad para comprar (con efectivo) gasolina y diésel en los mercados petroleros internacionales para complementar sus entregas de petróleo venezolano, debido a los altos precios del crudo”, dijo Piñón.
Las largas filas también reflejan una crisis económica cada vez más profunda que estalló con las nuevas sanciones de EEUU en 2019 y empeoró con la pandemia de coronavirus.
El turismo, un impulsor clave de las divisas, también ha tenido problemas para recuperarse, dejando al país sin el efectivo que necesita para comprar alimentos, combustible, medicinas, materias primas y repuestos que tanto necesita.
“Se está poniendo feo, muy feo. No sabemos cómo terminará esto”, dijo Jorge Luis Méndez, de 55 años, un trabajador estatal que esperaba que llegara un camión de gasolina para reabastecer una gasolinera en la costanera habanera. “Hay demasiados problemas, pero bueno, seguimos”.