Lujo manchado de sangre: Las mansiones de Rafael Caro Quintero, el “Narco de Narcos”

Una de las propiedades pertenecientes a Rafael Caro Quintero. Foto: Google Maps

 

Tras tres largos meses de que el gobierno estadounidense ordenara el decomiso de cinco inmuebles pertenecientes al infame narcotráficante mexicano, Rafael Caro Quintero, la Fiscalía General de la República (FGR) en México decretó el aseguramiento de estas propiedades localizadas en Guadalajara, Jalisco (al oeste de México).

Por Infobae





El 15 de junio se decretó el decomiso de las fincas del Principe y/o Narco de Narcos, quien se ha convertido en el fugitivo más buscado por la Agencia Antidrogas de EEUU (DEA). Pero no fue hasta finales de ese mes que se realizaron operativos militares en las inmediaciones de los inmuebles. Según lo descrito por el semanario Zeta Tijuana estas operaciones tácticas sorprendieron a los vecinos, que no sospechaban de lo que se trataba.

De acuerdo con los documentos, éstos domicilios se encuentran a nombre de familiares de Caro Quintero. Uno de ellos es propiedad de Héctor Rafael Caro Elenes —hijo del líder criminal—. Se ubica en Calle Paseo de los Virreyes 4238, lote 21, manzana 41, fraccionamiento Villa Universitaria, en Zapopan, Jalisco.

Una propiedad y locales ubicados en Avenida Melchor Ocampo, Bodega 468, local 21, fraccionamiento Mercado de Abastos Norte; Mercado el Campesino, 59, 21 45140, en Zapopan, a nombre de los hijos del capo —Héctor Rafael, Roxana Elizabeth, Henoch Emilio y Mario Yibran—, cuentan con un derecho para que Caro Quintero pueda usarlos y disfrutarlos como si fueran propios.

En la calle Sagitario 5289-8 y en el Fraccionamiento Residencial Arboledas fueron identificados inmuebles y locales a nombre de su hija, Roxana Elizabeth Caro Elenes.

Además de estos inmuebles, Roxana Elizabeth ha sido identificada por las autoridades estadounidenses como prestanombre de otros domicilios de la calle Luigi Pirandello 5397, Lote 29B, Mza 145, Fraccionamiento Vallarta Univerisdad, Zapopan, Jalisco.

Entre 1980 y 2015, la facción del Cártel de Sinaloa dirigida por Caro Quintero estuvo involucrada en el transporte de grandes cantidades de marihuana, metanfetamina y cocaína, procedentes de México a Estados Unidos.

Los gobiernos de México y Estados Unidos afirman que el capo usó los ingresos de la venta de éstos narcóticos para comprar bienes raíces en los alrededores de la zona metropolitana de Jalisco.

El líder criminal colocó las propiedades a nombre de miembros de su familia como fachada para ocultar sus ganancias ilegales. Asimismo, para evitar que las autoridades mexicanas se las incautaran.

Caro Quintero es acusado de varios delitos en los Estados Unidos, entre ellos el tráfico de drogas y su participación en el asesinato del agente especial de la DEA, Enrique Kiki Camarena. Además, integra la lista del FBI de los “Diez criminales más buscados”.

En abril de 2018, se abrió una acusación formal en un tribunal federal de Brooklyn que acusaba a Caro Quintero de liderar una empresa criminal continua y otros delitos. El Departamento de Justicia de Estados Unidos ofrece una recompensa de USD 20 millones por información que conduzca a su captura.