Hospitalizaciones en EEUU vuelven a niveles del invierno pasado por la variante delta

Hospitalizaciones en EEUU vuelven a niveles del invierno pasado por la variante delta

Las variantes del coronavirus son clasificadas como “de preocupación” cuando se presenta evidencia de una mayor capacidad de contagio y produce una enfermedad más severa. Delta es una de ellas / EFE/ Luis Ángel González/Archivo

 

El optimismo por la efectividad de las vacunas ha dado paso a la alarma en Estados Unidos, que está viendo cómo los ingresos hospitalarios han vuelto a niveles del invierno pasado debido a la expansión de la variante delta y el estancamiento de la campaña de inmunización contra la covid-19.

A fecha de este martes hay 55.767 pacientes hospitalizados por la enfermedad en centros de EEUU, después de que el lunes se superara la barrera de los 50.000, unas cifras no vistas desde finales de febrero pasado, según el Departamento de Salud y de Servicios Humanos (HHS, en inglés).





De hecho, los números de los últimos dos días triplican a los de hace un mes, cuando había unos 16.000 pacientes de covid-19 ingresados en centros sanitarios de EEUU.

De acuerdo con el HHS, el punto de EEUU con el mayor porcentaje de ocupación es Florida, epicentro actual de la pandemia del país, donde más del 25 % de las camas están ocupadas por enfermos de covid-19.

De hecho, este martes se batió en Florida un nuevo récord con 11.515 personas ingresadas, de las que 2.400 se hallan en cuidados intensivos.

Pese a que el panorama es dramático en ese estado, el gobernador, el republicano Ron DeSantis, trató este martes de minimizar el repunte de la pandemia y reiteró que no tomará medidas como ordenar el uso de tapabocas.

Los expertos atribuyen esta nueva ola de la pandemia en EEUU a la expansión de la variante delta, el estancamiento de la vacunación y a la reticencia en algunas zonas a adoptar medidas de prevención como el uso de las mascarillas, que se ha politizado en el país.

Ante estas perspectivas, el director de los Institutos Nacionales de la Salud (NIH, en inglés), el doctor Francis Collins, dijo este martes en una entrevista con la cadena CNN que puede que no sea posible lograr la inmunidad de rebaño.

“A lo mejor no es posible la idea de lograr que el 80 % de la gente no pueda albergar el virus, con la (circulación de) la variante delta”, dijo el científico.

Aun así, insistió en que vacunarse de forma completa es la única manera de “mitigar la pandemia”.

“Si ustedes están vacunados, la probabilidad de ser infectados y de expandir el virus se reduce de manera grande”, apuntó.

Actualmente, se ha administrado al menos una dosis de la vacuna contra la covid a más de 191,8 millones de personas en EEUU, es decir, el 57,8 % de la población, frente a las 164,9 millones -el 49,7 %- que han recibido la pauta completa.

El lunes, Estados Unidos llegó al 70 % de su población adulta con al menos una dosis de la vacuna, un mes después de la fecha que se había marcado como objetivo el presidente, Joe Biden.

Es por eso, precisamente, que la Casa Blanca defiende que “ha llegado la hora” de extender las obligaciones de vacunarse, algo que el Gobierno federal ya ha hecho con sus empleados y estudia aplicar también en las Fuerzas Armadas.

En el marco de estas medidas, el alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, anunció este martes que va a requerir una prueba de vacunación a toda persona que quiera comer en el interior de un restaurante, entrar en una sala de conciertos o usar un gimnasio, entre otros.

“La gente va a recibir un mensaje muy claro: si quieres participar plenamente en nuestra sociedad, tienes que vacunarte”, dijo De Blasio en una rueda de prensa, en la que subrayó la importancia de que más ciudadanos den este paso dado el avance de la variante delta del virus.

Nueva York es la primera ciudad de Estados Unidos que anuncia este tipo de requisitos, con los que busca dar un nuevo impulso a la campaña de inmunización, que se ha ralentizado en los últimos meses por las reticencias de muchos ciudadanos a vacunarse.

Tal es la situación que algunos medios están hablando de que el país cuenta con millones de dosis que posiblemente expirarán antes de que acabe el verano sin ser utilizadas.

En este contexto, la Casa Blanca informó este martes de que EEUU ha donado más de 110 millones de dosis a más de 60 países, entre los que figuran algunos latinoamericanos, como Argentina, Bolivia, Colombia o Ecuador.

Ya en junio, Biden se comprometió a entregar al menos 80 millones de vacunas a otras naciones, y aseguró que continuaría compartiendo dosis siempre y cuando fuera posible.

Las vacunas compartidas están aprobadas para uso interno en EEUU -las de Moderna, Pfizer y Johnson & Johnson-, y se suman a otras 60 millones de dosis que Washington ya donó en mayo de AstraZeneca, que aún no ha recibido el visto bueno de los reguladores estadounidenses. EFE