Luis Barragán: Ingeniería política del chantaje

Luis Barragán @LuisBarraganJ

El ministro usurpador del evidentemente inútil despacho para la Energía Eléctrica, anunció recientemente la distribución gratuita de un millón de bombillos ahorradores. Las autoridades de la Universidad Central, solemne y agradecidamente, recibieron más de doscientas tabletas electrónicas para el personal docente, por cortesía del ministro usurpador para la Educación Superior.

Escenas reveladoras de un mismo drama, el asunto estriba en la reivindicación descarada de la manipulación populista que no repara en las amargas lecciones que ha dejado. Corre y se impone el dato noticioso, como si fuese suficiente para encubrir un realidad que sigue su curso insobornable.

En un caso, permea la orden de entrega a través de una frondosa burocracia, permitiéndonos algunas conclusiones iniciales. Entre ellas, la deliberada pulverización del poder adquisitivo que obliga a depender del Estado hasta por un modesto bombillo; la entrega gratuita, esconde un inmenso costo a favor de las empresas e, incluso, países que la proveen o donan; sugiere un negocio para la distribución misma, como ha ocurrido en otros rubros, además, pendientes por inventar otras modalidades de la corrupción; o, burlándose del sufrimiento ajeno, encubre la responsabilidad del régimen en la quiebra de la industria eléctrica.





En el otro, el gesto tan cortés de recepción equivale a la renuncia de todo afán autonómico. Inferimos prontamente que, por la calamidad presupuestaria, prefieren el personal obsequio ministerial a una o pocas casas de estudios, entre tantas y necesitadas; legitima o dirá legitimar el gasto ministerial, cuyo cifrado ha sido anónimo e inconsulto; abofeteado el sector más ilustrado de la sociedad, debe conformarse con las prebendas que digan autorizar el aula virtual; o el destino de cada una de las tabletas electrónicas, debidamente serializadas , potenciará alguna extorsión posterior, gracias a un probable reclamo por el manejo de los bienes públicos (con) cedidos.

Por lo demás, ambas prácticas reinciden en otras que lucen – acaso – más inocentes, al recordar una caracterización que hizo Juan Carlos Rey, recientemente fallecido, en su libro “Problemas socio-políticos de América Latina” (Ateneo de Caracas / Jurídica Venezolana, Caracas, 1980), respecto a la cultura populista. Inferimos, con el autor, tales prebendas implican la imposición de una inevitable regla de conducta a los estratos o sectores que la aceptan y asimilan para sobrevivir hasta donde les sea posible, perfeccionada la ingeniería política del chantaje.