Lilibeth Sandoval: El drama de enfermarse en Venezuela

Enfermarse en Venezuela es un lujo que muy pocos se pueden dar. El costo de cualquier medicamento sobrepasa el salario mínimo de cualquier trabajador que gana 1.2000.00 bolívares. La escasez de medicinas se ha convertido en una de las causas de muertes de muchos pacientes que pudieron salvarse.

La falta de medicinas en farmacias y hospitales pone en riesgo la vida de miles de enfermos en el país y los que más se ven afectados son los trasplantados o los que tienen que tomar tratamientos permanentes. Muchas personas acuden a las hierbas y remedios naturales para poder calmar sus dolencias, incluso algunos van a espiritistas con tal de curar sus dolencias.

Hay pacientes que han perdido sus riñones trasplantados a causa de la falta de sus medicamentos. No quiero imaginar cómo se debe sentir un paciente que luego de esperar por un donante, someterse a una compleja operación pierda sus órganos porque el Estado venezolano no le garantice su tratamiento. Esto pasa en Venezuela donde la gente muere a menguas.





Conseguir un medicamento en Venezuela es una especie de vía Crucis, los familiares recorren farmacias, ambulatorios, medicaturas, consultorios y hospitales sin ningún tipo de resultados. Esta semana conocí de un caso de una paciente renal que murió por no tener el dinero para comprar el losartán que consumía para controlar su tensión arterial.

El drama de la salud que viven los venezolanos es fuerte, en medio de esta emergencia humanitaria compleja personas con enfermedades crónicas se van del país a buscar pasar unos años con mejor calidad de vida. Gente que tienen cáncer, cardiópatas y con patologías que antes eran atendidas por nuestros médicos tienen que salir del país para no morirse.

Los usurpadores destruyeron un sistema de salud, que aunque no era perfecto, funcionaba y atendía a los pacientes. Hoy, las cifras de mortalidad materna e infantil son escandalosas, según el Panorama de la seguridad alimentaria y nutricional en América Latina y el Caribe 2019, Venezuela es el cuarto país de la región con mayor tasa de mortalidad neonatal, con 19,8 muertes por cada 1.000 nacidos vivos, solo por detrás de Haití, Dominica y República Dominicana.

Con un sistema de salud colapsado y el regreso de enfermedades como el sarampión y la difteria han resurgido a un ritmo alarmante en Venezuela, en un momento en que 22.000 médicos han abandonado el país y el 75% de los hospitales carecen de medicamentos básicos que suelen estar disponibles en los hospitales en funcionamiento, esto de acuerdo a denuncia de ONG defensora de derechos humanos.

Se hace necesario parar esta tragedia. ¡Ya basta! Los venezolanos de bien no merecen vivir en un país que pareciera arrasado por una guerra, pero peor que una guerra es el socialismo y las políticas de izquierda. Es por eso que es nuestra lucha y desde Vente Venezuela a la cabeza de María Corina Machado le hemos puesto al país la ruta para salir del Estado criminal que es una Operación de Paz y Estabilidad que termine por resolver la crisis humanitaria compleja que se vive en cada rincón de la patria de Bolívar, es ahora, es urgente, mañana será demasiado tarde.