Alfonzo Bolívar: Bolivia, ayer y hoy

Todos los latinoamericanos vimos con asombro el regreso del Partido del Movimiento al Socialismo MAS de Evo Morales, hoy personificado por el nuevo Presidente de Bolivia Luis Arce, un economista que durante 12 años prestó sus servicios como Ministro de Economía y Finanzas.

Arce ejerció este Ministerio de Economía en uno de los mejores tiempos para Bolivia, cuando contaba al 100% con el apoyo de Hugo Chávez y posteriormente con el apoyo de Nicolás Maduro.
El nuevo presidente de Bolivia es un hombre de finanzas públicas, que también hizo carrera en el Banco Central de Bolivia durante varias décadas; sin embargo, hoy en día es un miembro más del Foro de Sao Paulo, con una abierta agenda política socialista.

El Gobernar en abundancia cualquiera lo hace, el escenario post-pandemia del mundo y en especial de este hemisferio, es algo que todavía genera una gran incertidumbre.





Los socialistas tendrán que tomar decisiones y los ciudadanos preñados de expectativas y de recuerdos de las dádivas del pasado, cobrarán, si no son satisfechas sus necesidades.
Como hombre de finanzas y planificación, Luis Arce debe ya tener en sus manos el business plan de desarrollo de Bolivia para el período de su mandato, y si es un estadista, debe proyectar en su plan una hoja de ruta del país a 50 años, donde debe haber contemplado al Fondo Monetario Internacional (FMI) como uno de sus aliados sabiendo que esto cambiaría por completo las políticas socialistas, pero con certeza contribuirá, a mediano y largo plazo, a crear las bases de una economía fuerte para Bolivia, sin embargo la disposición de sus recursos naturales y un plan de educación y pleno empleo serán vitales para construir estas bases.
Bolivia es el mayor productor de hoja de coca del mundo, no podría ser gobernada por un conservador en estos tiempos, donde el socialismo requiere mucho dinero para continuar sus planes de expansión.

Las bases creadas por Evo Morales en las instituciones del Estado, han permitido a varios analistas decir que lo que existe en Bolivia es una dictadura donde no se contempla la división de Poderes, donde el órgano electoral y todas las instituciones son rehenes de la dictadura; igualmente catalogan de cómplices funcionales a la pseuda-oposición, así que este resultado electoral no es más que una maniobra del crimen organizado.
Bolivia ha demostrado que cuenta con unas Fuerzas Armadas apegadas a la Constitución, en lo particular pienso que tendrán un reto muy importante durante este nuevo período presidencial, el de ser garantes de las leyes y el respeto al ciudadano.

Mi lectura para los países latinoamericanos, es que están atravesando por el mayor ataque coordinado, orquestado por el Foro de Sao Paulo y el grupo de Puebla, donde pretenden llevar la anarquía como modelo de lucha por las reivindicaciones sociales, manejando las masas llenas de frustraciones, destruyendo iglesias, patrimonios culturales, infraestructuras de servicios públicos, como los casos de Chile y Colombia (por nombrar algunos de ellos); servicios que son del ciudadano. Esto es como aplicar el harakiri a los propios países.
Los comunistas y socialistas del mundo saben bien que gobernar sobre el terror, la polarización, el hambre y la miseria es muy lucrativo, creando escenarios donde la delincuencia organizada, el secuestro, el narcotráfico y la corrupción en general produce mucho dinero y por eso apuestan a ello.

Potencialmente, veo cambios en la geopolítica de muchos países. Se está abriendo un escenario silencioso promovido (queriendo o no) por los líderes blandos. Es por ello que me he manifestado.
Las democracias de Latinoamérica están en juego, lamentablemente con Presidentes blandos no habrá futuro y condenarán a sus países al retorno del militarismo.

Los burócratas que siempre han vivido del Estado, no saben producir verdadera riqueza. El único capitalismo que conocen es el capitalismo clientelar del Estado, con una enfermedad llamada corrupción de Estado, que ha empobrecido por décadas a todos los países de Latinoamérica, gobiernos populistas de nóminas clientelares gigantescas, promotores de planes sociales fracasados, creadores de leyes que regulan y sacan más dinero de los contribuyentes y empresas privadas, y así siguen creando el freno al desarrollo de nuestros países.

Necesitamos verdaderos líderes que eduquen al ciudadano, sobre todo que le hagan comprender sus deberes más allá de sus pseudo-derechos populistas. Debe existir la apertura al libre mercado, este es el mejor plan social que cualquier gobierno pueda aplicar a una población.

En Bolivia, solo nos toca esperar a ver cuál es la ruta del timón que tomará este nuevo Presidente, ante los retos que tiene en puertas.