Irene Olazo Mariné: Recuperemos la magia de la Navidad

Irene Olazo Mariné: Recuperemos la magia de la Navidad

 

La Navidad es una de las celebraciones más importantes y hermosas en todo el mundo. Es un hito importante para nosotros, el final de un año, tiempo de regalos, festejos, reuniones familiares y –para los cristianos practicantes- una emotiva fiesta religiosa. Así recuerdo yo cada diciembre desde que tengo uso de razón, el pesebre, el árbol de navidad, las luces, los regalos, las hallacas y pan de jamón, el ponche crema, las reuniones familiares, los fuegos artificiales…





Para mí, desde niña, fue el mejor mes del año, no solo porque cumplo años, sino por toda esa alegría que trae la Navidad. Al crecer conocí de la historia de ese niño que nació en un pesebre rodeado de animales que luego dio su vida para salvarnos a todos y perdonar nuestros pecados, ese sacrificio fue un regalo para poder tener vida eterna al lado de nuestro Creador, y de esta manera entendí porque la navidad era tan hermosa y llena de emociones.

Recuerdo que mi papá nos montaba en el carro a mí y mis hermanas y nos íbamos desde San José de los Altos donde vivíamos hasta Caracas a ver las decoraciones de las casas y la magia que nos hacían sentir las luces que adornaban la ciudad. Caracas era una ciudad mágica en estas fechas, como olvidar el árbol de Plaza Venezuela o las decoraciones de Sabana Grande, o la Cruz del Ávila, realmente me hacía muy feliz la llegada de diciembre.

Pero me pregunto: ¿los niños que hoy día crecen en Venezuela tendrán recuerdos tan bellos de las navidades? Hoy Caracas a las 6 de la tarde ya está desolada, es un total desierto, por la inseguridad y la falta de recursos para salir a recrearse y entretenerse fuera de casa, la magia simplemente se fue y hoy a muchos hogares se les fue robado el Espíritu de la Navidad, las familias separadas y regadas por el mundo no podrán sentarse el 24 y 31 a la misma mesa y darse ese abrazo tan añorado de Feliz año entre lágrimas y risas, muchas familias tiene un preso político con el cual no podrán compartir, y otras solo visitaran el cementerio para abrazar el lugar donde yacen los restos de sus seres queridos que han partido antes de tiempo por solo desear vivir en un país libre.

Mi propia mamá me ha dicho “no tengo nada que celebrar”, y son las mismas 5 palabras que retumban en millones de hogares venezolanos, y no es justo que la avaricia y codicia de pocos nos roben hasta la emotividad de la navidad. Venezuela vio nacer cientos de generaciones que se regocijaban para estas fechas, pero ya en su lecho de muerte y agonía solo vio dolor y tristeza, esa Venezuela se fue no la pudimos salvar, jamás volverá hacer la misma, no obstante tengo la Fe que renacerá de las cenizas como el Ave Fenix más fuerte y volará más alto que nunca y cuando esto ocurra, no puede encontrarse una generación sin magia, sin felicidad, sin recuerdos que la ayuden avanzar y a salir adelante.

Por eso hoy me siento a escribirles, hermanos venezolanos, no desde la hipocresía, ni sentada en lujos o comodidades… Hoy les escribo desde un humilde aposento lejos de mis seres amados, con mi esposo preso y sin poder dar ese abrazo de Feliz Año a mi familia extrañando a mis padres y mis hermanas inmensamente, pero con una “angelita” que Dios me envió hace 6 años para iluminar nuestras vidas, y que, al ver sus ojitos, saber que ella merece tener esos hermosos recuerdos que me invaden y me llenan de nostalgia por la Navidad, por lo que hago que la magia vuelva cada diciembre para llenarla a ella de amor, esperanza e ilusiones, le enseño cada año la importancia de la navidad y la celebración del nacimiento del Niño Dios.

Les ruego a cada padre y madre que a pesar de las circunstancias que nos ha tocado en esta dura época sembremos en nuestros hijos esa magia navideña, no es necesario tener el árbol de navidad más grande y con cientos de luces, ni tener un pernil o pavo en la mesa, porque nuestro amado niño Jesús nació en un pesebre, regalémosle a esa generación la enseñanza que la navidad es la unión familiar. ¿No tienes para hacer un pesebre? Dile a tu hijo que lo dibuje como lo hizo la mía, ¿no tienes para un arbolito? Háganlo con material de reciclaje, pero no dejemos que celebrar.

A esas madres que hoy están solas porque sus hijos migraron por necesidad, no se sientan solas, reúnanse con las que han quedado, canten aguinaldos, oigan gaitas… Visiten orfanatos que hay muchos niños que seguro agradecerán su vista y su amor.

Al preso político, solo les digo habrá justicia, no dejen que en sus celdas no entre la magia de la navidad, canten a todo pulmón villancicos, contagien a todos sus compañeros de esa alegría, que sus custodios los crean locos porque de ustedes brota alegría y felicidad, eso que ellos han querido robarles, muestren su fortaleza y defiendan la magia de la navidad en medio de esos injustos barrotes.

Hermanos, estoy segura que nuestros sacrificios serán recompensados por El Dios de amor, el que envió a su hijo unigénito para morir en la Cruz y perdonar nuestros pecados. Él es un Dios de justicia y no les quede la menor duda que cada uno de los responsables de la desgracia de nuestro país, será castigado y enjuiciado por Él.

Los abrazo y los acompaño, en mi corazón siempre está mi amada Venezuela y cada uno de ustedes venezolanos valientes y luchadores. Y, quien tenga la posibilidad, llévenle un regalo a un niño que no tenga la posibilidad de recibirlo, conviértanse en portadores de alegría y felicidad.

Mi hija Samantha Nazareth y yo les deseo una Feliz Navidad y un Próspero Año 2020…