Realizan audiencias para definir destino de única clínica de abortos en Misuri

Realizan audiencias para definir destino de única clínica de abortos en Misuri

 

Una comisión administrativa comenzó el lunes a revisar el caso de la única clínica que realiza abortos en Misuri, que podría convertirse en el primer estado de Estados Unidos sin acceso a abortos en casi medio siglo.

Las autoridades de este estado conservador del centro de Estados Unidos quieren cerrar el centro de salud con sede en San Luis, evocando “preocupaciones” sanitarias.

Pero la organización Planned Parenthood, que dirige la clínica, denuncia que esas supuestas preocupaciones son un “pretexto” y acusa al gobernador republicano Mike Parson de querer imposibilitar el aborto en ese estado.

La licencia de operación de la clínica expiró el 31 de mayo. Pero un juez le permitió continuar sus prácticas temporalmente a la espera de que una comisión administrativa examine el caso.

Sreenivasa Rao Dandamudi, quien se desempeña como árbitro en este cuerpo, comenzó el lunes las audiencias que continuarán durante toda la semana. Según el periódico St. Louis Post-Dispatch, la decisión no tendrá lugar antes de febrero.

Ante un posible cierre de su clínica, Planned Parenthood acaba de abrir una nueva instalación a menos de 30 kilómetros de distancia, pero en el vecino estado de Illinois, donde las autoridades protegen el derecho de las mujeres al aborto, como fue establecido en 1973 por la Corte Suprema de los Estados Unidos.

En Misuri, el gobernador Parson, un opositor al aborto, firmó una ley a principios de este año que prohíbe los abortos más allá de las ocho semanas de embarazo, en violación de la jurisprudencia de la Corte Suprema, que permite los abortos mientras el feto no sea viable, es decir, alrededor de las 24 semanas de embarazo.

Este texto ha sido bloqueado en los tribunales, como una docena de leyes comparables aprobadas desde principios de año en varios estados religiosos del sur y el centro de Estados Unidos.

Esta ofensiva se debe a la llegada a la Corte Suprema de dos jueces nombrados por el presidente Donald Trump, quienes inclinaron la institución al campo conservador. Los opositores al aborto confían en ellos para que la corte revoque su decisión de 1973.

Al mismo tiempo, los estados más conservadores continúan endureciendo las condiciones para que se instalen clínicas de abortos, por lo cual seis estados tienen solo un centro médico para abortar.

AFP

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