Gabriela Montero recibió en Bonn el Premio Beethoven de DDHH: “Lo que sucede en Venezuela es peligroso para el mundo”

Gabriela Montero recibió en Bonn el Premio Beethoven de DDHH: “Lo que sucede en Venezuela es peligroso para el mundo”

Gabriela Montero. Foto cortesía

 

La pianista venezolana Gabriela Montero recibió en Bonn el Premio Beethoven de derechos humanos y habló con DW sobre su compromiso como artista para denunciar la dramática situación que vive su país.

Deutsche Welle: Señora Montero, felicitaciones por el Premio Beethoven que recibió este martes (4.12.2018) en Bonn. ¿Cuán inspiradora es para usted la figura de Beethoven?





Gabriela MonteroMuchas gracias. Es para mí un gran honor y estoy conmovida al ver que, cada vez más, en el mundo de la música clásica se le presta atención al rol del artista en el terreno de los derechos humanos. Es un reconocimiento a mi trabajo y es una manera de incentivar a los demás artistas a que se comprometan. La figura de Beethoven es de una gran humanidad. Él fue una persona que trató de alcanzar algo que le trascendía como ser humano. Beethoven no es solo una inspiración para los artistas sino para toda la sociedad.

Usted aboga por que más músicos se comprometan con la sociedad y precisamente tuvo un encontronazo con el director de orquesta Gustavo Dudamel porque este no criticó al Gobierno de Venezuela…

Yo creo que a Gustavo hay que mirarlo por sus acciones y por sus omisiones, por sus alianzas y amistades durante todos estos años. Él ya ha mostrado cuál es su posición y no quiero centrarme más en ese tema. Yo me fijo más en las acciones que en las palabras. Yo tengo mi posición , que es la opuesta a la suya. Creo que eso ha quedado bien documentado en la historia.

Sus críticas a Venezuela empezaron ya en los tiempos de Hugo Chávez, no se limitan a los últimos años.

Sí, llevo ya casi 10 años denunciando la situación en la prensa internacional. He utilizado todas mis plataformas públicas y las entrevistas en los medios para no hablar tanto de mi música como de la situación venezolana, porque sentía y siento la urgencia de la crisis y que el mundo todavía no comprende la magnitud de lo que estamos viviendo los venezolanos ni quiénes son los responsables. Siento que necesito cada oportunidad y cada ventana para poder mostrarle al mundo lo que sucede en mi país.

Cuando la crisis se agudizó a partir de 2014, medios de todo el mundo centraron su mirada sobre Venezuela. Pero ¿y después? ¿Se le presta a aquel país la suficiente atención mediática?

En 2014, cuando se produjo la violenta represión del Gobierno contra los estudiantes que se manifestaban en la calle con todo el derecho del mundo, se hizo más visible la situación de mi país. Eso coincidió con mi carta a Dudamel criticando su silencio. Se creó entonces un clima de alerta internacional. Lamentablemente, la de Venezuela es una situación muy complicada. No se trata de gobiernos de derechas o de izquierdas. Estamos secuestrados por una narcotiranía, tenemos una narcomafia que acaba con su gente. Se trata de un genocidio a través de la falta de alimentos, de medicinas, de libertad de expresión… En mi país, todos los poderes están secuestrados. No es un problema de mal gobierno que acabará con unas elecciones.

La situación ha provocado una masiva diáspora venezolana. Muchos de los emigrantes son músicos formados excelentemente en el Sistema de Orquestas fundado por José Antonio Abreu.

Yo he sido muy crítica de las cosas que suceden en el Sistema, porque a mí me llegan las historias personales de músicos que me escriben en privado con mucho miedo contándome lo que ocurre dentro del Sistema y lo que sufren dentro del país. Muchos de estos músicos han quedado huérfanos y me buscan para pedirme que los ayude a salir para buscar una nueva vida, porque en Venezuela no tienen vida… Un venezolano, incluyendo un músico, gana entre 2 y 4 dólares al mes y una caja de huevos cuesta 5. La gente se está muriendo de hambre y de nada sirve tener un instrumento en la mano si no se puede sobrevivir. Yo llevo años tratando de alertar de que podía ocurrir una crisis nacional.

¿Hace la comunidad internacional lo suficiente por Venezuela?

Han sido años de mucho silencio y eso es muy doloroso para las víctimas. Para una víctima, sentirse invisible duele tanto como el abuso al que está sometida. La atención mediática lamentablemente no ha sido suficiente. Se deja de hablar porque paralelamente hay tantas situaciones importantes en el mundo, pero tengo que recalcar que la situación de Venezuela no tiene precedentes. Es gravísima no solo por lo que está sucediendo en el propio país sino por las implicaciones que tiene a nivel de la seguridad internacional. Lo que sucede en Venezuela es peligroso para el mundo. Dentro de eso, está la falta de acción de algunos Gobiernos, de algunos países. Se agradece muchísimo a quienes sí están activamente denunciando por Venezuela. Luis Almagro, de la OEA, ha sido un héroe para nosotros, pero necesitamos más voces internacionales contundentes que realmente nos apoyen y le digan al mundo lo que sucede en mi país.

Recientemente tomó posesión como presidente en México Andrés Manuel López Obrador, en el que los mexicanos han depositado muchas expectativas. En ese sentido ¿puede tener alguna esperanza la comunidad venezolana con López Obrador en el poder?

Yo soy muy cuidadosa con lo que digo porque quiero estar absolutamente segura de que mis palabras son absolutamente verificables. No me atrevo a dar una opinión pública sobre un país que no conozco, igual que no lo haría con Brasil, Argentina o Colombia. Pero sí te puedo decir que, quien se alinee con Maduro, quien reciba a Maduro, y el que de alguna manera legitime el Gobierno venezolano… hay que tener cuidado. Porque son alianzas peligrosas. Si te acercas a una narcomafia, te vas a embarrar.