José Manuel Rodríguez: A quién le importa

José Manuel Rodríguez: A quién le importa


“Incluso la gente que afirma que no podemos hacer nada para cambiar nuestro destino, mira antes de cruzar la calle”
Stephen Hawking.

Hace pocos minutos, mientras me disponía a sentarme a escribir estas líneas, escuchaba al presidente de la república, en un acto de graduación de “médicos comunitarios integrales” decir entre otros galimatias, que en Colombia no se graduaban médicos en cantidad, así como en las misiones del gobierno bolivariano de Venezuela.

Quizás sea verdad señor presidente, pero con todo respeto pienso que es mejor graduar 10 o 20 médicos que ganen un salario digno, como en Colombia, tengan insumos y materiales para trabajar, como en Colombia y no graduar 200.000 que ganen menos de un dólar al mes, que no puedan salvar vidas por no tener ni con que trabajar y que al final terminarán buscando la manera de emigrar a Colombia, a ganar un salario de médico y con qué poder cumplir con su sagrado juramento: salvar vidas.





El populismo ha hecho estragos en nuestra sociedad. Muchas veces lo he mencionado sin temor a que me tilden de reiterativo, pero es que el problema en Venezuela, dejo de ser político hace mucho tiempo. Tenemos una grave crisis de inversión de valores inducida por un gobierno que supo llegar a poner un candado en el estómago de los venezolanos y del que le muestra la llave a conveniencia.

Estamos viviendo en una sociedad en caos. Yo no creo que en este país no le importe nada a nadie. Si así fuera, los comercios no abrirían sus puertas diariamente, ni los trabajadores hicieran esfuerzos importantes por llegar a cumplir con sus obligaciones laborales, ni las enfermeras estuviesen al pie del cañón día a día en su puesto de trabajo a pesar de sus salarios de hambre, similar al de la mayoría de los ciudadanos de este pais.

A quienes no le importa nada más allá de conservar beneficios y eternizarse en el poder que le garantiza dichas prebendas es a los señores del gobierno. Esos que no saben seguro hoy que la carne está ya a 8 millones de Bolívares o lo que es lo mismo a 8 mil millones de aquellos bolívares que de verdad si eran fuertes. A ellos les importa un bledo si ud puede comer o no, si puede comprar un medicamento o tiene que morir de mengua en la sala de emergencia de un hospital porque para pagar clínica no hay.

A ellos no les importa tampoco si el pobre tiene o no transporte público ni cuánto le cuesta movilizarse en el, y si no tiene pues que carajo importa, que se monten en unas perreras y que se accidenten más adelante. O bueno ahí está el metro, caotizado pero gratis.

Esa cultura del regalo, de lo gratis, del obolo cobrado más adelante por el mismo donador de la lismona, es el mecanismo más perverso de dominación que pueda existir porque acostumbra a la gente a la inacción, al conformismo y a confrontar a aquel que alza la voz, por miedo a perder la lisonja o el espejito. Un algo así como me puedo morir de hambre pero que me den mi parte regalada.

Yo sí creo y estoy convencido que en este país hay gente de sobra con ganas de salir adelante, que apuestan por esta tierra y su gente y que desean dejar el mejor de sus esfuerzos para labrar un futuro para los hijos y los nietos de todos, porque al final del cuento, lo que hará salir a flote nuestra nación será la suma del esfuerzo de cada venezolano, orientado en una sola dirección: el progreso y el bienestar.

José Manuel Rodríguez
Analista / Asesor Político
josemrbconsultor@gmail.com
@joserodriguezasesor