Culto a la mediocridad, por Julio César Arreaza B.

Culto a la mediocridad, por Julio César Arreaza B.

 

Uno de los rasgos distintivos de este comunismo del siglo XXI que asola el país desde hace 20 años, es el culto a la mediocridad. La casta militar depredadora y los civiles buenos para nada involucrados en este fenómeno, con más prontuario que currículo dan cuenta exacta. Cuando sopesamos el aporte a Venezuela de los militares que acompañaron a Chávez y ahora a Maduro, su heredero impuesto a dedo, caemos en cuenta que es menos que deplorable, no han edificado algo útil durante su paso por las funciones públicas y como administradores, sólo dejan vergüenza, depredación, desolación y riquezas mal habidas para ellos. Queda el sabor en la boca que para lo que sirven es para la destrucción. Que daño inconmensurable ha infligido esta casta gobernante supremamente mediocre a la institución castrense, que sufre hoy del desprestigio ganado por la desviación de sujetos que se hicieron del poder con carencia absoluta de escrúpulos, no digamos del impresentable alto mando.

En los militares institucionalistas de la democracia de los 40 años, destaca su fidelidad en la defensa de la Constitución, las instituciones y la integridad territorial. Qué contraste existe entre Rafael Alfonzo Ravard y Padrino López, qué contraste entre los militares héroes que combatieron la guerrilla castrista y la repelieron y vencieron en Machurucuto y la casta mediocre de hoy que le ha entregado la soberanía de Venezuela a Cuba.

Qué diferencia entre Betancourt- Leoni constructores de república y Chávez-Maduro  protagonistas de un comunismo empobrecedor y destructores de una nación.

Los descarados que inventaron lo de la guerra económica y que son los propios genocidas del pueblo, hablan de una híper inflación inducida y todos sabemos que ellos la desataron produciendo dinero inorgánico y son los  responsables de la catástrofe humanitaria.

Desde el principio su marca ha sido la mediocridad y la simulación. Con la farsa del 20-M, Maduro dejará de ser presidente. Quisieron simular un accidente de Tomas Guanipa y un guardia de honor develó el crimen en ciernes, lo cual genera una nueva acusación contra Maduro en la CPI. Ya ni se preocupan de guardar las formas. Desesperados por mantenerse en el poder como sea son capaces de cualquier cosa, para preservar el humillante rol de secuestrar un país y mantenerlo propicio al crimen organizado. Los muy cobardes allanan a los familiares de los dignos y legítimos magistrados del TSJ, pura extorsión acometen y ya ni simulan sino actúan hamponilmente con descaro.

Con el antejuicio de mérito acordado por el TSJ y la AN, Maduro dejó de ser presidente. Descartados por la historia grande del país quedarán señaladas las huestes del chavista light Falcón, quienes se han prestado para darle crédito al desacreditado fraude del 20-M.

¡Libertad para los presos políticos y regreso de los exiliados!

 

 

 

 

 

 

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