La revuelta derrota a Padrino, por José Machillanda

La revuelta derrota a Padrino, por José Machillanda

José Machillanda  @JMachillandaP
José Machillanda @JMachillandaP

La revuelta militar es una expresión de la miseria exponencial que afecta a un importante sector del cuerpo armado, como respuesta a la insoportable e inmoral situación que se vive en el entorno interno militar. Ese entorno interno militar viene siendo presionado por las condiciones necesarias más las condiciones suficientes, presentes en el espacio operacional del elemento armado entre lo estratégico y lo administrativo, donde la tiranía impacta con decisiones, imposiciones y órdenes contrarias a la mística militar, repulsivas a mandos, comandos y efectivos que se niegan afectar una actividad manifiestamente política, interesada, impuesta por el poder político y avalada por el grupo de mayor desprestigio que existe hoy dentro del elemento armado, Padrino López y su cuerpo de 1500 Generales.

La revuelta exponencial que promueve y proyecta un cuerpo de Oficiales superiores y subalternos pudiera escalar a la calamidad político-social, habida cuenta el grave problema económico, de gobierno y de reacciones en otros importantes sectores del cuerpo societal venezolano, especialmente en el profesorado, el estudiantado y, sobre todo, en la clase obrera que hoy vive en el sufrimiento e infortunio como consecuencia de la imposición de un gobierno militarista, que impone a troche y moche la lógica vertical y por mandato para crear infelicidad, escasez y pobreza en un espacio significativo del cuerpo social venezolano. Ir de la revuelta como expresión de la miseria exponencial a la calamidad político-social es activar la violencia sobre un pueblo desventurado que hoy teme a un régimen atolondrado, que no ha podido imponer el Ambiente Político Real Electoral.

La miseria exponencial que viven Oficiales, Sargentos y Soldados es la consecuencia de la imposición tiránica del hiato Maduro-Padrino y de la ejecutoria inmoral y retrógrada de un cuerpo de Generales, que ahogados en la corrupción y el narcotráfico, prefieren adherirse a la tiranía militarista y darles la espalada a quienes por responsabilidad deben conducir como jefes militares. Es la miseria del Comandante que no comanda, es la miseria de Jefe que no se entiende como tal, pero también es la miseria de un entramado perverso que no le importa la destrucción de una otrora institución profesional, que sí supo de la defensa y actuó como grupo de presión ante gobiernos irresponsables.





Padrino López, en especial, y quienes como Generales se han atrevido a acompañar al entrampado régimen –ya cercado por el sistema internacional- de Nicolás Maduro, son sujetos que adelantadamente la historia los enjuicia por cuanto olvidaron como Jefes de un cuerpo militar el corporativismo, la capacidad militar, la responsabilidad ante la sociedad civil, la condición del militar como líder y, lo más importante, la ética. La ética que como norma orienta y conduce la conducta del Jefe militar para que se respete la Constitución vigente, se cumplan las leyes y reglamentos militares y, sobre todo, a que se separe la función de defensa de la función de gobierno.

Padrino y ese cuerpo de Generales son la expresión de un militarismo cobarde, interesado y mafioso, que está largando la miseria exponencial a posible calamidad político-social, no obstante, el cerco internacional implacable que en el caso de América Latina pudiera ocurrir durante la Cumbre de las Américas en Lima. Cerco internacional que puede manifestarse con la aplicación del TIAR a partir del concepto de seguridad colectiva. Un generalato obsecuente e ignorante no puede entender las posiciones que ya están marcadas territorialmente en el costado nor-sur-occidental (Colombia), en el costado sur (Brasil) y en el costado oriental (UK y Guyana) sin desestimar la posición del Reino de los Países Bajos en sus territorios de ultramar (ABC). Perdón, falta por mencionar la responsabilidad de la IV Flota en el Mar Caribe.

El militarismo obsecuente y primitivo de Padrino López y los Generales que le acompañan, nunca estudió geopolítica, tampoco sabe geoestrategia y menos geoeconomía. Tampoco sabe historia y no ha sido capaz de repasar la decisión del Presidente de los Estados Unidos George H. Bush cuando frente a un gobierno tiránico, despótico y ligado a la economía paralela para defender los intereses de Estados Unidos en América Latina se amenazó, como se amenaza hoy, la estabilidad, tranquilidad y paz. Esta vez, la estabilidad, tranquilidad y paz se amenaza desde Venezuela que sirve como centro geopolítico para establecer un modelo comunista a partir del fraudulento hecho del 20 de mayo.

La revuelta como expresión de la miseria exponencial con posibilidad de ser calamidad político-social frente a un gobierno cercado, pudiera ser la más grande desgracia que se ciñera sobre la República en la cual están situados muchos honorables venezolanos para salvarla. Se tiene claro que el chavismo y el post-chavismo lograron destruir al sistema político venezolano, pero lo que no quiere saber este grupo impostor y primitivo es que la República hoy es un elemento de gran interés para el sistema internacional, y mucho más para quienes como demócratas han decidido contener el militarismo ideologizado por Cuba, con la intención de dilatar la posibilidad de la calamidad político-social y se salve la República de lo que irresponsablemente como ruleta rusa se juega el militarismo, que aún no entiende que la revuelta es una expresión compleja y delicada, similar a la miseria exponencial que amarga a muchos hombres decentes de uniforme.

Es original,

Dr. José Machillanda
Director de CEPPRO
@JMachillandaP
Caracas, 3 de abril de 2018