De la acusación fallida al limbo judicial, por José Luis Centeno S.

De la acusación fallida al limbo judicial, por José Luis Centeno S.

 

 

El procesamiento judicial fraudulento del preso político se inicia con una acusación fallidatramposa, sin que existan pruebas, ni siquiera indicios, menos sustento legal para acusar, a partir de allí la situación que vive el privado de libertad por motivaciones políticas no tiene ningún asidero legal ni real, técnicamente no tiene razón fáctica, por esa vía la tutela judicial efectiva y el debido proceso son sepultados y la infamia surge incólume a lo largo de la aplicación de la privación ilícita e ilegítima de libertad personal por tiempo indefinido como efecto de retardos procesales u omisiones maliciosas. Es el“asalto” a la justicia por parte de un Sistema Judicial Venezolano que ha tenido como objetivo el desamparo jurídico de los venezolanos y ahora es que la gente se enteró viéndose en el espejo del preso político.





Un hombre o mujer inocente termina siendo preso político a causa de una pretensión falsa e interesada concebida y ejecutada por parte del Ministerio Público, dando lugar a una acusación sin el fundamento requerido por la ley, que ocasiona la acusación fallida por cuanto no cumple con las exigencias probatorias que deben dar cuenta de la responsabilidad penal del imputado, traspasando incluso los límites de la lógica jurídica. Los juzgadores, conscientes de esa atrocidad y fieles a la subordinación política que rige sus actuaciones, someten al procesado o condenado a un limbo judicial caracterizado por las más variadas artimañas antijurídicas, especialmente por el retardo procesal y la falta de efectividad de los recursos judiciales.

“Mi padre tuvo 95 audiencias y nunca se le pudo relacionar con el caso por el que fue condenado a 5 años de prisión”, sin evidencia condenan y sin juicio encarcelan, generando presos políticos sin juicio o con juicios amañados, en ambos casos juzgadores duchos en mentir al atribuirle supuestos delitos a ciudadanos inocentes, apelan a un compendio de pruebas falsas, la más de las veces sembradas, resaltando los “falsos testimonios”. Pruebas falsas, inverosímiles y calumniosas con las que se justifica: a) la ilegal detención, mayormente detenciones en flagrancia con evidencias de dudoso origen; b) la ilegítima privación de libertadc) la acusación fallida y su admisión obligadad) el pase a juicio grotesco que rara vez se concreta en los lapsos preestablecidos, hay quienes asisten al inicio del Juicio Oral y Público luego de estar años encarcelados, y e) la dolosa sentencia condenatoria, confirmando el fraude procesal como sustento dellinchamiento judicial de la disidencia política.

Las razones del limbo judicial que vive el preso político son políticas y no técnicas, ocurriendo flagrantes violaciones a los Derechos Humanos por retardos procesales, en el sentido de ponerlo a vegetar en nuestras cárceles por periodos inciertos, cuando le otorgan libertad condicional, sujeto a medidas cautelares, el régimen en todos los casos ha demostrado que el beneficiado estuvo preso arbitraria e injustamente. En esa situación se mantienen muchos venezolanos, que no se prestan al teatro judicial al que son sometidos rechazando dignamente las acusaciones fallidas cuyos efectos perniciosos precipitan juzgadores obrando con desvergüenza dentro de un Poder Judicial que no es judicialFarsa descubierta por Luisa Ortega Díaz cuando planteó acusar a fiscales del Ministerio Públicoante la justicia internacional, en ese momento dijo: “Los fiscales serán acusados por enjuiciar a personas con pruebas y documentos falsos”develando tan grave realidad después de difamar y encarcelar a cientos de ciudadanos siendo inocentes.

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