José Luis Zambrano Padauy: La desgarradora llamada negada

José Luis Zambrano Padauy: La desgarradora llamada negada

 

 

 





 

El teléfono repica con un eco perturbador. La insistente llamada sólo recibía un rechazo tan inconmovible y tan drástico, que sólo servía para avivar la insistencia. “Hasta que se restablezca la democracia”, alude su negativa a contestar el portavoz de la Casa Blanca, mientras al mandatario venezolano se le distorsionaba el rostro,  pues no podía escurrírsele la oportunidad de aclarar entuertos o propiciar algún tipo de salvoconducto.

A Maduro la duda le hacía frente a su propio estremecimiento. Donald Trump en declaraciones efectuadas con la calma de quienes ostentan un verdadero poder para las decisiones complejas, echó por las borda cualquier atisbo de diplomacia y enfatizó que no descartaba un operativo militar para restaurar la democracia venezolana.

Posiblemente no sepamos si sus palabras de estos días fueron decididas o si el rechazo actual del presidente norteamericano de hablar con Maduro, se debiese a no gastar su tiempo escaso, en diálogos con dictadores del tercer mundo.

El jerarca estadounidense puede ser conocido en el pasado, como un parlanchín ocurrente y a veces indebido. Pero cuando asegura con reciedumbre y ajustado a su investidura, que “tenemos tropas por todo el mundo, en lugares muy alejados. Venezuela no está muy lejos y la gente está sufriendo y están muriendo”, no puede descartarse que realmente esté barajando opciones muy precisas e inconvenientes para la placidez del gobierno venezolano.

Pese a este viraje de los acontecimientos, muchos ven con desaliento los nuevos contextos. Las destituciones, arbitrariedades y fallos desproporcionados de la Asamblea Nacional Constituyente, destituyendo alcaldes y asumiendo en totalidad las instalaciones del parlamento, desprende una rabia que no ha retornado a la resistencia a las calles.

Pensarán tal vez que se vaciaron los bolsillos de las ideas en el mesón angosto de las estrategias. Se ha gestado la nueva independencia y no resulta fácil copiarse el esmero de aquellas justas heroicas, cuando los contratiempos son movedizos y los callejones sin salida novedosos.

Un sector militar clandestino del país se une a la batalla. No sabemos si lo hará con violencia esquemática, con las convicciones resueltas o sólo con el impulso emocional de la improvisación. Se hace de un importante parque de armas, pese a la captura repentina y reciente del líder, a quien las trompadas, sufrimientos y torturas inimaginables le deben sobrar en estos momentos.

En las calles cae el ánimo como yunque, con un sabor a plomo gastado, a sangre sin justicia. ¿Acaso se perdieron los esfuerzos de un portazo? La duda diezma ante esa realidad fría y silenciosa que se filtra en las esquinas apagadas; en avenidas que olvidaron sus estragos de días pasados y hoy sólo borran sus cicatrices.

Posiblemente exista la rara sensación que nos caímos de un trapecio, después de tantas maromas desesperadas y una suerte por sostener el equilibrio frente a tantas dificultades, para desplomarnos al falsear el nuevo paso, y descender irremediablemente en una red de poco muelle y que no puede detener el estrépito de la decepción.

Pero en ningún caso es el verdadero escenario. El sendero andado, la mutilación de tantas vidas frente al fusil del poder, los días severos de lucha contra el desagravio nacional, son sólo el preludio del desenlace.

Cuando las dictaduras abusan de su propia ilegalidad, simplemente trazan con su ofuscación los compases de su partida, pues no resulta casual que 16 cancilleres americanos se reúnan para reconocer la no existencia de la democracia en nuestro país.

No sé tampoco si el hijo de Maduro, en su hervidero de ideas trastornadas, utilice una brújula  y se dirija con el punto cardinal inventado por su padre, a la imaginaria Casa Blanca concebida en Nueva York y no en Washington, y utilice sus fusiles de fantasía para defender nuestra colonia cubana que todavía tiene el nombre de Venezuela.

Más temprano que tarde, la paz retornará a nuestro país, cuya macilla y molde serán elaborados por nuestras propias manos, pues este amor y valentía a la patria es de producción nacional.

 

 

MgS. José Luis Zambrano Padauy

Director de la Biblioteca Virtual de Maracaibo “Randa Richani”

zambranopadauy@hotmail.com

@Joseluis5571