Omar Villalba: El Goliath poderoso y el humilde Gobierno Municipal

Omar Villalba: El Goliath poderoso y el humilde Gobierno Municipal

thumbnailOmarVillalbaJUL2016Venezuela está distribuida política y territorialmente en tres niveles de Poder; uno nacional (el Ejecutivo Nacional y sus Ministerios) uno estadal (representando por las Gobernaciones y los Consejos Legislativos) y uno municipal (donde las competencias las ejercen las Alcaldías y los Concejos Municipales), es menester acotar que los niveles estadales y municipales, son repúblicas en pequeño, pero todas ellas dependen y responden a una entidad mayor: El Estado. La Constitución de la República de Venezuela le ha otorgado a estos niveles una serie de competencias y cualidades que tiene como finalidad distribuir el poder a través de todo el territorio, y como mandato último mejorar la calidad de vida del venezolano o dicho en términos sencillos: servir al pueblo, desde la cercanía.

Con la “revolución bolivariana” al quehacer político se le agregaron unas nuevas etiquetas: la participación y el protagonismo. Estas se evidencian, no solo a través de las elecciones y herramientas como el referéndum revocatorio, sino a través de nuevas figuras como los Consejos Comunales. Hago esta acotación para resaltar un punto: el gobierno revolucionario, siempre ha pregonado que tiene como norte, que los venezolanos participen en la política, se gobiernen y elijan a su autoridad, siempre y cuando no se les volteé la tortilla, y las herramientas de participación no aludan al poder que ejercen, el cual ya no tiene sustento popular.

Huelga decir que, en lo que respecta a la participación y el protagonismo, la verdad es que, en cierta medida, ha rendido frutos. No se puede negar que en muchos lugares la participación ciudadana, hecha con la intención de mejorar, ha potenciado el trabajo de las alcaldías. Por regla general, cuando la gente se ve involucrada en un proyecto, tiende a cuidar y velar por los resultados de este, pues están conscientes que son fruto de su sudor.





Esto suena muy bien, y sonó muy bien para el chavismo a medida que pasó el tiempo, pero ahora que el pueblo venezolano ha despertado, y el actual gobierno se ha visto desnudo, como el Rey del proverbial cuento infantil. La soberanía, los gobiernos municipales y todo espacio —creados o reivindicado otrora por ellos— ahora no son de su agradado. Y cobardes, ansiosos, egoístas, mezquinos y malos perdedores que son, han iniciado una cacería de bruja cuya finalidad es inhabilitar el nivel más cercano al pueblo: el municipal. ¿Cuál es la intención? Intentar demostrar que los alcaldes y políticos de los partidos opositores son incapaces. Su intención es llevarle el malestar hasta la puerta al ciudadano de a pie. El cálculo de los personeros del gobierno es zafio: creen que el descontento del pueblo hacia sus líderes municipales se volverá hacia el único que puede resolver sus problemas: el nivel nacional personificado en el Presidente y el Partido.  ¿Qué refleja esta jugada tortuosa y maligna? Pues a un gobierno autoritario, asustado, que vive en una burbuja y que ha tomado un camino del cual no volverá, el despotismo totalitario.

Solo falta ver a quienes han destituidos, tenemos a los Alcaldes Enzo Scarano y Daniel Ceballos que fueron los primeros en ser perseguidos hace dos años. Apresados y destituidos a través de artimañas toscas y fuera de la legalidad. Luego, tenemos Alcalde Metropolitano, Antonio Ledezma, que ya tiene cerca de un año en prisión. Curiosamente, su Alcaldía ha quedado acéfala, y para contrarrestarla crearon el gobierno de capital, figura paralela producto de esa naturaleza malcriada, propia de aquellos que no saben perder en el juego democrático y electoral. Luego se tiene a la Alcaldesa de Guasdualito, Lumay Barreto, quien fuese destituida por la mayoría de concejales alegando ausencia absoluta. También es menester señalar a Warner Jiménez y Delson Guárate, quienes fueron separados de sus cargos a través de argucias. Y sin duda se preparan un asalto del mismo tipo contra otros Alcaldes como: David Smolansky, Richard Fermín y Alfredo Díaz. Esto aunado a la persecución y arrestos de Concejales de oposición que también han sido víctimas de persecuciones y encarcelamientos, por ejemplo, el Concejal Luis Barrios, de Barcelona, Anzoátegui, quien está privado de libertad en el Sebin de esa zona.

Por suerte, aún existen organizaciones como la Asociación de Alcaldes de Venezuela, y figuras como la primera autoridad municipal de Baruta Gerardo Blyde con los suficientes redaños para denunciar estas acciones. Cabe destacar, que este no debería ser el único espacio donde debe elevarse la voz de protestas. Existen instituciones en la región que están dispuestas a prestar oídos a estas denuncias, como es la Unión de Ciudades Capitales de Iberoamérica —de la cual la Alcaldía Metropolitana, junto al Municipio Libertador son miembros— o el sistema de Mercociudades.  

Estas acciones, ponen en evidencia la incapacidad y mala entraña de una caterva de corruptos y bandoleros, que solo están interesados en mantenerse en el poder. Por esta razón, y por muchas más, es que no podemos desistir en nuestro empeño. Cada vez es más necesario concretar el clamor popular a través del referéndum revocatorio. Es algo que le debemos al pueblo y al futuro.

Sin duda, esta imagen nos presenta un escenario cuesta arriba, porque el gobierno abusador parece —y sin duda se ven a sí mismo— como todo poderoso e invulnerable.  Pero hay que recordarles que Goliat era invulnerable e invencible, y aun así, el pastor David, con una humilde onda y una piedra lisa de rio, lo derrumbó en el primer intento. Dejándonos dos buenas moralejas: todo gigante tiene piernas de barro y entrecejos de cristal; no hay enemigo pequeño, el pueblo unido tiene su propia onda: La Constitución, la protesta pacífica, y el camino electoral.