El feriado del lunes no es casual: Maduro le teme a abril por Keybert Méndez

El feriado del lunes no es casual: Maduro le teme a abril por Keybert Méndez

Lejos de celebrar sus tres años en la Presidencia, Maduro está deseoso de que este mes pasé “volando”; como si lo inevitable se pudiese corregir con un “puente” de días no laborables.

Anunció otro feriado más -¡uno más!- en cadena nacional. Bajo la excusa de la emergencia eléctrica que atraviesa Venezuela (que no es una preocupación menor), Nicolás alargó estratégicamente el fin de semana: no habrá actividad laboral ni el lunes 18 ni el martes 19 de abril, como si 24 horas adicionales de racionamiento eléctrico pudiesen enmendar los años de negligencia y desidia política que ha tenido el Gobierno con el tema energético.

Hay miedo en Miraflores, hay miedo en el Ejecutivo. La relevancia que tiene este mes en la historia política del país está más patente que nunca: ¡al pueblo le urge otro 19 de abril de 1810!

Ese día se inició el recorrido para construir nuestra liberación de la opresión española. Comenzó así la revolución independentista. Más de dos siglos después, Venezuela vuelve a luchar por recuperar su independencia. Lamentable, irónico e indignante que esta vez no sean realistas contra patriotas, sino el pueblo contra la corrupción, la escasez, el hambre y la falta de servicios.

Chávez siempre miró hacia la cuarta, la tercera y toda la gestión republicana anterior a él para balancear la falta de igualdad que promovieron los gobiernos pasados. Habló de soberanía alimentaria cuando ni se nos pasaba por la mente que en el futuro tendríamos colas para comprar comida. Una necesidad tan básica que hoy lidera la lista de derechos humanos que se violan en este país.

Maduro le teme a abril. Su gobierno cojea y es sostenido por la corrupción abominable de un Tribunal Supremo y un Poder Electoral que pasarán a la historia como los grandes responsables de la mayor crisis política de este siglo.
Intentan bloquear todas las medidas impulsadas por la Asamblea Nacional. Juegan con la actitud pacífica y democrática del venezolano, pero no toman en cuenta que la paciencia colectiva tiene un límite.

Y no se trata de diciembre, abril o cualquier otro mes del calendario. Acá la implosión social se vive a diario con sucesos violentos inéditos, con golpizas desesperadas en las afueras de los supermercados, con la muerte prematura de niños que nunca tuvieron la oportunidad de acceder a medicamentos.

Uno siempre escucha a gente en la calle cuestionando: “¿qué más tiene que ocurrir para que este Gobierno se vaya?”. Casi siempre la respuesta es el silencio amargo y, quizás, por estos días, un pensamiento colectivo: revocatorio y revolución se escriben con “R”.

@keyberth

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