Guayacitanos siguen en colas con temor a estallido social

Guayacitanos siguen en colas con temor a estallido social

colasguayana

 

No es sólo la hiperinflación. Es que, a pesar de los precios, la escasez alcanza a todos los venezolanos sin importar su tendencia política y estrato económico. En su búsqueda de comida ve violencia y la angustia. No hay que ir muy lejos en el tiempo y llegar al 27 de febrero de 1989 para encontrar un ejemplo de desespero: el 31 de julio de 2015, en los saqueos en San Félix o en noviembre de 2013, con el Dakazo no signos que prefiguran un estallido social, publica Correo del Caroní

El 27 de febrero es una fecha que marca un hito para todos los venezolanos: representa el cansancio y la lucha. A 27 años de El Caracazo, el país se asoma en la puerta de un conflicto social que se nutre del descontento del pueblo con el poder, la anarquía en la venta de alimentos y caída de la economía; se añaden aderezos como 90% de escasez de medicamentos; o la inseguridad y violencia que se expanden como plagas, y que han convertido a Venezuela en uno de los países más peligrosos del mundo.

Está pasando

2015 fue bien conocido por los frecuentes actos de violencia y saqueos en colas por comida. Quizás por eso ciudadanos como Jenny Marín -que este sábado en la mañana pasó tres horas entre los empujones y gritos de la cola para entrar en el Santo Tomé de Castillito, y se rindió al percatar que no iba a poder comprar nada ante la desorganización- están seguros que el estallido ya está ocurriendo, consecuencia del cansancio del venezolano.

Marín habla de un cansancio provocado por las penurias ciudadanas y del estrés que lleva a los más necesitados a tomar medidas drásticas. El 31 de julio, hubo más de 80 detenidos y un muerto en los saqueos en San Félix. La represión relució ese día con perdigones.

Durante el mismo año, un flujo constante de quejas por el caos del transporte público, también causó discordia, que no mermó luego de la implementación de los buses de transporte rápido (BTR). Dejando en tela de juicio la eficacia del Ejecutivo para el fomento de la calidad de vida ciudadana.

Declive

Al escuchar la frase estallido social los que esperan horas para adquirir sus rubros no tardan en drenar sus penurias: el sol, el hambre, la sed y los gritos de aquellos que se pelean por un puesto en la entrada del Abasto Mercanaima para comprar aceite y pasta a precio regulado, dan certeza de lo cercano de un conflicto de esta magnitud.

¿Cómo se explica que Venezuela sea el país con mayores reservas probadas de petróleo en el mundo y tenga la inflación más elevada del orbe? 180,9 por ciento, según reconoció en febrero el Banco Central de Venezuela (212 por ciento en Ciudad Guayana) en 2015.

El aumento de 20% al salario mínimo (que lo ubica en 11.578 bolívares), anunciado por el presidente Nicolás Maduro en febrero no compensa la pérdida del poder adquisitivo. Al contrario: coloca al venezolano entre la espada y la pared, que no puede darse el lujo a comprar a sobreprecio y que muchas veces decide restar horas de su trabajo para llevar comida a la mesa.

“La falta de políticas acertadas nos ha llevado a esto”, sintetiza Arnaldi Maurera, quien llevaba más de tres horas en la cola del abasto chino Mercanaima, en el sector Alta Vista, de Puerto Ordaz.

¿Cuánto más?

Según cifras del Centro de Investigaciones para la Educación, la Productividad y la Vida (Ciepv) de la Universidad Católica Andrés Bello, apenas para agosto de 2015 el índice de escasez tocó el 50,49%.

Otro usuario, Antonio Rodríguez, recuerda los empujones de funcionarios de la Guardia Nacional Bolivariana desde temprano en la mañana en la cola del Santo Tomé de Castillito.

Rodríguez es otro de los que está seguro de la vigencia del colapso. Y que la capacidad de aguantar del venezolano está “en su límite”. Asegura que al igual que él, otros terminaron golpeados.

Jenny Marín se mantiene firme al pensar que el cansancio en el ciudadano es cada día más evidente. Alega haber sido víctima también de los empujones. Para ella, no es posible aguantar más.


Paquetazo de Maduro

En El Caracazo uno de los factores que detonó las protestas fue el aumento en un 100% del precio de la gasolina, y por otro lado la toma de medidas económicas drásticas para el desarrollo financiero del país.

El presidente Nicolás Maduro anunció la semana pasada el aumento de la gasolina en un 6000%. Así mismo dejó claro que el dinero iba destinado al desarrollo de las misiones.

Asegura la reestructuración de la Misión Alimentación, y dejó claro de -forma implícita- la falta de cuidado en años anteriores, con lo que a la alimentación nacional se refiere.

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