Juan José Moreno A: ¡Ubíquese, señor Presidente!

Juan José Moreno A: ¡Ubíquese, señor Presidente!

thumbnailjuanjosemorenoLas destempladas y soeces palabras del Presidente de la República y de sus inmediatos colaboradores deja mucho que desear y nos obliga a exigirle un comportamiento de respeto hacia todos los venezolanos; es decir, no solo a quienes en esta oportunidad se expresaron contrarios a su forma de gobernar, a través del mecanismo que pone a disposición la Constitución de la República, sino también de sus propios seguidores políticos, porque seguros estamos que a nadie le gusta ese tono chabacano con el que estamos cansados de escuchar de su parte.

El país, está verdaderamente cansado de sus expresiones altisonantes e insultos al inmenso sector del país que no le cree ni el “Padre Nuestro”, así como a nuestros empresarios e incluso a personalidades representativas de instituciones de otros países que, al maltratar con la marcada frecuencia con que lo hace, nos presenta a los venezolanos ante el mundo como un pueblo malhablado e irracional.

No somos ni contrarrevolucionarios, porque ese parapeto que usted llama revolución no existe sino en la fantasía interesada que usted y los suyos se inventan como en el cuento del “pajarito” que le habla; tampoco somos derechistas, porque esos criterios trasnochados de ubicar a las personas en posiciones ideológicas absolutamente definidas entre los dos extremos no funciona en el caso de los venezolanos, cuya posición es absolutamente compleja y de una amplitud variables en función de las necesidades e inquietudes que vivimos a cada momento. Y no somos los malos que se boncharon las divisas del país y repartieron entre gobierno de otros países los recursos que hubieran permitido solventar el cúmulo de problemas que hoy nos aquejan y que todos conocemos. Somos si, evolucionistas, porque nos aferramos a ese modelo de desarrollo que usted y los suyos frenaron desde el mismo momento cuando irrumpieron de manera abrupta en la política del país.





Por otra parte, Presidente, por qué no se ubica definitivamente en el contenido de su discurso y sus efectos. ¿No termina usted de entender que el cuentico de la guerra económica nadie se lo cree y que cada vez que hace su aparición ante los micrófonos de la radio y las cámaras de televisión lo que hace es bajar en popularidad; o es que piensa que al público le encanta verlo gritar, cantar y bailar, así como viajar con la inmensa comitiva con que suele hacerlo gastándose los pocos dólares de los que dispone hoy día el erario nacional, mientras el pueblo se muere de hambre?

Ubíquese Presidente, y no siga confirmando el señalamiento de su ex compañero Giordani quien le atribuye a usted un absoluto “autismo” que le impide entender la realidad del país y las causas de su desastre económico, político y social. Entienda que el país, pese a su condición de pobreza en el que su gobierno lo ha hundido a pesar de los milmillonarios recursos que ha recibido por la venta de su petróleo, solo se burla de ustedes cuando, después de recibir con una sonrisa en sus rostros las dádivas que le resuelven la comida del día con una bolsa de alimentos, de los taxistas que reciben sus vehículos y motorizados los repuestos para sus motos, y aun de quienes reciben prestada la vivienda que se les otorgan, salen a votar contras sus candidatos al nuevo parlamento.

Igualmente, ¿porqué no pone los pies sobre la tierra y entiende que la masiva votación del pueblo venezolano constituye un alerta sobre lo que piensa realmente el pueblo y su disposición a ponerle un parao al desastre en el que usted y su gente ha colocado al país?

Ubíquese, señor Presidente, y entienda que este el principio del fin de su régimen; que la voluntad contundentemente expresada por la población este 6D implica una aceptación de las promesas electorales de los sectores verdaderamente progresistas alineados en torno a la unidad opositora, entre las que se incluye esa que usted tercamente se niega a aceptar como será la ley de amnistía, que podrá marcar el principio de la reconciliación entre los venezolanos, así como aquellas que permitirán devolverle a la Nación la institucionalidad secuestrada, que implica entre otras medidas que la Asamblea asuma el papel que le asigna la Constitución como son, además de su función legislativa, la de ejercer el debido control sobre el ejercicio del gobierno y su gasto público; y la designación de personas no comprometidas con parcialidades partidistas en organismos tan vitales para el funcionamiento de la democracia como el Consejo Nacional Electoral, Contraloría General de la República, Tribunal Supremo de Justicia, Giscalía General de la Nación y Defensoría del Pueblo.

Finalmente, señor Presidente, ubíquese ante la inminente posibilidad de que esa contundente voluntad sea transferida cuando pueda corresponder, para ese revocatorio de su mandato que viene siendo anunciado prácticamente desde que usted asumió las riendas del país, porque ya hasta la propia gente que acató la orden del “Comandante Eterno” de darle su apoyo, ha entendido su cualidad de Presidente efímero, por causa de su desastrosa gestión, y así se lo está demostrando en este momento y en un futuro que estimamos hoy, no muy lejano, cuando llegue la ocasión.

@JJMorenoA