Como un acto de rebeldía, los 280 privados de libertad en la Comandancia General de la Policía de Lara amarraron con cables el acceso a las celdas para impedir el paso de los funcionarios policiales quienes realizarían una requisa ayer en la mañana, reseñó El Impulso.
Además con las bolsas plásticas negras que les son dadas para que boten la basura, los privados hicieron una suerte de toldo para dificultar la visibilidad hacia el interior de los calabozos. Estaban negados a la requisa, según informó Luis Rodríguez, director de la institución. Afuera de la Comandancia, estaban los familiares de los reos. Manifestaron sentir temor porque -según su versión- se escuchaban muchas detonaciones. “Los están matando” decían las madres, hermanas y esposas angustiadas.
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