José Machillanda: El 6D como expresión de una nueva República

José Machillanda: El 6D como expresión de una nueva República

thumbnailjosemachillandaEl régimen político de Nicolás Maduro cruel y violento, pero además perverso y represivo, ha impactado de tal manera al cuerpo social venezolano que el país –en su gran mayoría- demanda un cambio de poder y gobierno pacífico para reinstalar la democracia. Reinstalar la democracia a través del Poder Legislativo venezolano mediante el hecho electoral del 6D, que tiene, entonces, una relevancia máxima por cuanto ese voto no será castigo pero sí será un voto ético para hacer posible la democracia constitucional.

El voto ético como respuesta inteligente ciudadana frenará la lujuria de poder, la insensatez política individual y grupal, además del atropello torpe y violento de un hiato político anacrónico y corrupto de militares y radicales marxistas, que han exasperado al venezolano en la más profunda vergüenza, símbolo de la ineptitud de una claque politiquera.

El 6D como hecho electoral constituye un momento único de participación contendiente. Por su especificidad cada uno de los ciudadanos que voten orientarán su sufragio para alcanzar la redemocratización por la vía del Poder Legislativo, que desde ya debe avizorar su responsabilidad suprema: Reinstalar la democracia como un sistema de pesos y contrapesos en arreglo total a la Constitución vigente.





El 6D ciertamente la gran mayoría de venezolanos amantes del terruño dispondrán de sus valores políticos para que ocurra un alumbramiento extraordinario, la democracia del siglo XXI. Democracia reinstalada ahora por una sociedad en cuyo imaginario surge una energía para que por vía del Poder Legislativo, gane espacio la democracia del siglo XXI. El 6D será un día de alumbramiento político que producirá un cambio extraordinario, que separará el neomilitarismo radicalista de la revolución en una democracia real.

La democracia que se inicia el 6D será una democracia que apunte a la contrademocracia, es decir al modelo en el cual se respeta la Constitución vigente con el respaldo de la gran mayoría, que cediendo su poder comitente desde el Poder Legislativo se pueda renovar el contrato original y se desarrolle el contrato social. El primero garantiza al ciudadano el derecho a la protesta, inobjetable. El segundo defiende y protege a todas las personas y sus bienes de acuerdo a la voluntad general como mayoría, es decir, a los ciudadanos de la República. Los ciudadanos de la República serán en la contrademocracia contralores, obstructores y vigilantes de la ley.

El 6D inequívocamente tiene que ser la expresión de un salto político categórico. Salto político categórico que se alimenta en la decisión ético-política de cada ciudadano, con lo cual se habla de una conciencia venezolanista por encima del partido y el suprapartido. Estas dos condiciones apuntan a la democracia como un sistema de vida. El 6D los votantes como ciudadanos saben que el sufragio tiene como centro de interés el sistema político venezolano, el de la República y todo lo que ello significa, acordado en la Constitución vigente. El 6D como salto político categórico habla de un ciudadano consciente de la necesidad de cambio político en Venezuela.

El 6D tiene que ser entendido por la dirigencia política actual como un hecho que nace, crece y se refuerza en el valor ciudadano, en la necesidad de conseguir hombres probos en el ejercicio de la política, por lo tanto el ejercicio del voto va más allá del interés del partido y se centra en el interés de la República. El 6D como voto ciudadano consciente proyecta las consecuencias del poder comitente o poder natural, para que la mayoría calificada de la Asamblea Nacional mire su responsabilidad histórica con la democracia del siglo XXI, es decir, la democracia que conduzca a un proyecto cierto a Venezuela y su viabilidad.

El voto del 6D apunta a los primeros seis meses del año 2016 y a las próximas acciones políticas a partir del año 2017. Para ello quienes tengan la responsabilidad de representación en la Asamblea Nacional deberán recordar el derecho a la protesta y el derecho a la mayoría, por cuanto sólo con estos principios como valores centrales de la democracia será posible la construcción de la República venezolana después de dieciséis años de latrocinio, violación de los derechos humanos, corrupción exponencial, y vergüenza por iletrados que intentaron conducir a Venezuela a la semejanza de una cuartel o un vivac.

El 6D y el hecho electoral que allí ocurra no será una fiesta. Es desde ya un compromiso de venezolanos sufridos, muchas veces tristes, perseguidos, pero conscientes de que la política y el ejercicio de la política como ciudadano llama al sacrificio, al esfuerzo común que termina en responsabilidad republicana. El 6D enterrará de manera definitiva la militarización de la política y de la sociedad y abrirá nuevas ágoras, creará cauces políticos justos, jurídicos y éticos para que crezca la esperanza, se fortalezca la ley, se piense en el terruño y se escriba una historia nueva que dignifique a los venezolanos, donde se dé cabida al trabajo, al conocimiento y la ciencia, pero sobre todo a la decencia y bohonomía que son características del venezolano amante de libertad.

Es original,

Dr. José Machillanda
Director de CEPPRO
@JMachillandaP