Pedro Vicente Castro Guillen: El aumento del salario mínimo

Pedro Vicente Castro Guillen: El aumento del salario mínimo

 

thumbnailpedrocastroEsta semana el régimen decretó un aumento del salario mínimo, pero la reacción no fue de júbilo sino de molestia y preocupación entre los economistas. Esta actitud pareciera un sin-sentido ¿Por qué si se viene clamando por un aumento de salarios para hacer frente a la inflación la respuesta que se produce es negativa? ¿Será por qué a los economistas nos mueve un afán oposicionista?

No, no hay afán oposicionista. Cuando los economistas hablamos de aumentar los salarios ello se enmarca en un conjunto de medidas que permitan que dicho incremento compense la pérdida del poder de compra del salario. En Venezuela vivimos una situación inflacionaria de tal magnitud que puede considerarse como hiperinflacionaria, frente a esta realidad querer frenar la desaparición del poder de compra de los salarios con aumentos de 30% cuando la inflación este año a la fecha es de 160%, es ridículo y cínico; pero además altamente perjudicial porque produce el efecto de arrojar gasolina a la llamarada inflacionaria a la que se sumara el impulso del gasto público por la campaña electoral y el gasto privado por diciembre, con lo que dicho aumento del salario mínimo habrá ya desaparecido para el momento de su entrada en vigencia el 1º de noviembre, porque estamos amplificando el fenómeno de que muchos bolívares irán tras cada vez menos bienes lo que se traduce en aumentos incontrolados de precios.





Este gesto electorero con que se pretende enviar un mensaje a los electores de que el régimen si se ocupa de sus problemas, tendrá por sus efectos de mayor inflación, un resultado todavía más catastrófico sobre las expectativas electorales del oficialismo. La improvisación, la falta de ideas, el agotamiento de un modelo hiperestatista y sin brújula es lo que comanda la derrota electoral del oficialismo.

Lo que los economistas hemos estado planteando desde el comienzo del régimen chavista es que un modelo estatista que pretenda sustituir la actividad del mercado, la actividad productiva privada, el emprendimiento, la libertad económica y la iniciativa ciudadana para producir riqueza, sólo podía resultar en lo que efectivamente es hoy en Venezuela una ominosa realidad: la destrucción del país.

El problema no es el salario en los términos clásicos, porque éste desapareció para una inmensa mayoría de la población, para darse cuenta de esto basta comparar el nuevo salario mínimo de Bs.9500 más o menos con el costo de la canasta familiar que es de algo más de Bs.78.000. Este hundimiento del salario es el resultado del hundimiento de la economía como resultado de la crisis generalizada de la sociedad venezolana.

Es por ello que lo que corresponde proponer y hacer como lo ha venido postulando la comunidad de economistas en un programa integral de recuperación de la economía que debe hacerse convergente con un programa de recuperación política institucional democrática y republicana del país, que permita revertir el actual desastre que nos ha convertido en un estado fallido.

Esto sólo se podrá poner en marcha a partir de un cambio político que permita una recuperación institucional y permita un gobierno que sea capaz de desplegar capacidades políticas que permitan la recuperación democrática, que sea capaz habilitar a los mejores profesionales para hacer frente al rescate del país. El 6D puede ser el punto de arranque para que este cambio pueda iniciarse de manera irreversible.

Pedro Vicente Castro Guillen                  @perdovcastrog