Un estado impulsor y no opresor por @JuanPGuanipa

Un estado impulsor y no opresor por @JuanPGuanipa

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Las maniobras del Gobierno-PSUV y del Consejo Nacional Electoral que lo secunda, reflejan que quienes han dilapidado la confianza que le dieron millones de venezolanos, están conscientes del mal momento que viven y tratan de actuar para torcer la decisión de una gran mayoría de venezolanos que están comprometidos con el cambio y la esperanza. Cómo les costó anunciar la fecha de las elecciones para elegir la nueva Asamblea Nacional. Cómo han abusado del poder para decidir cambios en las reglas de juego dentro de los seis meses anteriores al proceso, lo cual está prohibido por la constitución nacional. Cómo han intentado burlarse de ciudadanos desprevenidos para hacer creer que hubo votación masiva y espontánea en un proceso interno que lo que hizo fue reflejar que la procesión va por dentro. Cómo maniobran ahora para tratar de eliminar el uso de la tarjeta única por todas las fuerzas de la alternativa democrática. Simplemente están desesperados porque no quieren asumir que este pueblo se decidió a cambiar y ellos sólo están adheridos al poder.

Mientras todo esto sucede, la unidad democrática supera los obstáculos y sigue adelante con mucho optimismo y convicción. Y mientras vamos con ahínco trabajando en la construcción del triunfo electoral del 6 de diciembre, seguimos ejerciendo nuestro derecho a soñar la Venezuela que queremos construir cuando logremos como sociedad superar la grave situación que vivimos. En entrega anterior dábamos algunas pinceladas de esa patria que podemos lograr. Decíamos que los cambios pueden darse con bastante rapidez, que hay que lograr generar confianza, que tenemos que lograr una verdadera unidad nacional. Hablábamos de los cambios institucionales que permitirán tener poderes autónomos y especialmente un Poder Judicial cumpliendo su rol de equilibrio. Pero también hacíamos referencia a la relación del Estado con la economía y la sociedad.





En esa Venezuela que vamos a construir, el Estado va a ser un instrumento de la sociedad. No vamos a tener un estado opresor, sino un estado impulsor de la sociedad y promotor de la iniciativa privada. Vamos a lograr sentar en una mesa a todas las fuerzas motrices de la sociedad y vamos a diseñar un plan de reactivación del aparato productivo que permitirá dinamizar la economía y acabar con las colas a las que los irresponsables que desgobiernan nos han sometido. Así que comenzaremos por incentivar la producción nacional, lo cual hará que disminuyan las importaciones y podamos tener una economía próspera con empleos productivos. Vamos a unificar el régimen cambiario, el dólar a un solo precio, lo cual evitará la corrupción y tendrá que ser complementado con medidas de atención a los sectores más vulnerables de la sociedad. Vamos a lograr la estabilización de nuestra moneda, con un Banco Central que sea independiente del gobierno y que no cometa el desastre de emitir dinero inorgánico que sólo genera inflación. El Estado se mantendrá fuerte con su rol rector en materia política y económica, pero con los mecanismos de control estrictamente necesarios para frenar cualquier desajuste en la economía.

En la Venezuela que soñamos debemos formar a nuestra niñez y juventud para el estudio y el trabajo, para la lucha, el esfuerzo, el logro de metas con responsabilidad, disciplina, constancia, honestidad, dedicación. Queremos una Venezuela de valores y no de antivalores. Con ciudadanos comprometidos. Que todas las energías de todos estén volcadas hacia logros. Una Venezuela donde luchemos para que la clase más numerosa sea la clase media y para eso tenemos que lograr la adecuada atención a los sectores populares, con programas educativos y laborales que les permitan ese ascenso que los hará libres. Será necesaria la implementación de programas especiales que no tengan la visión de dádivas sino de impulsos necesarios para lograr ese salto. Que en cada familia haya empleados, pero también emprendedores y que todos tengamos un plan de vida que nos permita realizarnos en lo personal y familiar, así como acompañar el desarrollo nacional. Venezuela es y será un gran país.