¿Cesárea o parto natural?, el dilema de las embarazadas

¿Cesárea o parto natural?, el dilema de las embarazadas

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El dilema que comúnmente tiene que enfrentar un obstetra en su práctica diaria es decidir con su paciente si el parto será por cesárea o natural. El miedo a sentir dolor o daños en su vagina, ha hecho que la mayoría de las embarazadas en consulta consideren -sin pensarlo- la primera opción. Nueva Prensa Guayana

 





Años atrás la gran noticia en un centro asistencial era que un bebé viniese al mundo por cesárea, debido a lo involucrado de la “ciencia medicinal”; ahora el acontecimiento es que nazca por la vagina.

En los últimos 20 años, el índice de cesáreas se ha incrementado en Venezuela y el mundo. La Organización Mundial de la Salud (OMS) lo ha definido como “La fiebre de las cesáreas”, por los altos niveles que ha alcanzado en el campo latinoamericano. Según sus informes, no deberían superar el 15%, y sin embargo se pasan, sobre todo en América Latina.

De acuerdo a un trabajo del periodista Charles Deveraux en 2010, las tasas de cesárea en las clínicas venezolanas rozan el 90%, mientras que en los hospitales pueden llegar al 30% -una cifra alta, dados los riesgos que conlleva la operación en el sistema público de salud por la falta de insumos.

Estos números siguen manteniéndose en la actualidad. Casi un 100 por ciento de las mujeres embarazadas desean tener sus hijos por medio de prácticas quirúrgicas y no de manera natural; ésto por un tema de “seguridad y miedo al dolor”. Así lo aseguró Oscar Osorio, ginecobstetra egresado de la Universidad del Zulia, con más de 30 años de experiencia, residenciado actualmente en Puerto Ordaz.

Parto vaginal

Tras el desprendimiento de una serie de hormonas, como la oxitocina, de forma espontánea el cuerpo recibe las señales necesarias para iniciar el proceso de expulsión del bebé, acto que puede durar entre 16 y 18 horas, desde las contracciones hasta la dilatación completa. El período expulsivo, donde la criatura agarra el canal vaginal, podría tomarse de 15 a 20 minutos.

Muchas embarazadas desconocen la cantidad de beneficios que el parto normal tiene tanto para su hijo como para ella. Además de librarse de una operación de riesgo que implica puntos de sutura y una recuperación más lenta.

Según el portal web guiainfantil.com, entre los beneficios que goza la madre, al momento del parto natural, es que puede decidir ayudar a su hijo a nacer. Jugará definitivamente un papel fundamental en el parto de su bebé.

En este tipo de intervención, existen menos riesgos para ambos. La madre pierde la mitad de sangre que en un parto por cesárea y las posibilidades de infección uterina son menores.

Los niveles de azúcar en la sangre se mantienen adecuados y ayuda a que la placenta reciba más oxígeno.

La hospitalización es menor y, por supuesto, la recuperación es mucho más rápida. En 24 horas, la madre podrá volver a estar de pie y realizar su vida normal.

Entre las bondades que recibe el bebé naciendo bajo esta modalidad, al pasar por el canal del parto, está que se impregna de todas las bacterias de su madre y éstas le ayudan a fortalecer su sistema inmunitario.

También genera hormonas, como la adrenalina, que le mantendrán en estado de ‘alerta’ en sus primeras horas de vida. Además de aportarle energía y calor, le ayudará a la hora de iniciar la lactancia.

El bebé arroja todo el líquido de los pulmones y recibe una mayor oxigenación. En el caso de la cesárea tiene más riesgo de sufrir insuficiencia respiratoria.

Finalmente, el contacto inmediato con su madre es momento importante para el vínculo afectivo y la aceleración en la producción de leche materna.

Motivos para una cesárea

Para Osorio, no es cuestión de que una alternativa sea mejor que otra o se trate de mitos y cuentos de camino, hay razones que inciden en la decisión de hacer o no, una cesárea.

“Hay factores tanto maternos como fetales, que nos conllevan a programar una intervención abdominal: desnutrición, desprendimiento de placenta, muerte fetal, embarazo gemelar (no siempre), una preeclampsia. Cuando la mujer llega al trabajo de parto, dependiendo de cómo vaya evolucionando, si no existe ningún riesgo, entonces se podría hablar de parto natural (…) Decirte que uno es mejor que otro sería un error”, expuso Osorio.

Recalcó entre otras indicaciones, el hecho de que una paciente haya dado a luz por vía cesárea a su primer hijo y desee en su segundo embarazo parir naturalmente. “Para no ocasionar una rotura uterina, riesgo principal en estos casos, se realiza otra cesárea. Estos son protocolos establecidos, dependiendo de las escuelas de medicina de cada universidad”.

En el ámbito económico, Osorio asegura que el término “negocio lucrativo”, es completamente falso, aunque no se puede ocultar que mientras el parto natural es completamente gratis, en centros de salud privada la cesárea ronda hasta los 70 mil bolívares.

“Quizás pueda verse desde ese punto de vista del mercantilismo, pero también es un tema de seguridad, porque existe la posibilidad de una demanda en caso de que algo salga mal. No es lo mismo en un hospital público, donde el médico tiene respaldo de la institución por cualquier problema que se presente. En mi caso y si estoy en clínica, lo converso con la paciente y le explico, sí ella está en condiciones para parir, le digo, pero si quiere cesárea, se la puedo aplicar; uno actúa de acuerdo a los pactos aprendidos en la universidad, a tu formación y experiencia”, dijo.

Ley de parto humanizado

La diputada a la Asamblea Nacional, Lirisol Velásquez introdujo un proyecto de ley que busca proteger los trabajos de parto y el nacimiento humanizado. Se prevé que para el primer trimestre de este año pueda ser aprobado.

Velásquez informó vía telefónica a Nueva Prensa que esta iniciativa no fue personal, si no gracias a la misma consulta popular, que en reiteradas oportunidades ha denunciado la violencia obstétrica y pediátrica en los centros de salud públicos y privados.

En principio, se entiende como el rescate de las prácticas ancestrales para la vivencia del proceso de gestación, el parto y el nacimiento, donde la mujer adquiere el rol protagónico y decisor durante todo este proceso.

Entre los artículos que expone el proyecto de ley encontramos que la parturienta pueda decidir quién la acompañaría durante el trabajo de parto, así como también evitar que médicos o el personal que la reciba en la maternidad aplique medicamentos que aceleren este proceso.

“Esto es un acto natural, pero hoy en día, producto de ese mismo aceleramiento en el proceso, vemos como médicos sin razón alguna le indican a las madres primerizas, a nuestras jóvenes, que lo más rápido es la cesárea, porque así ganan más dinero. En las clínicas ya no se pare”, aseveró.

Por tal motivo, se está solicitando también dentro del proyecto de ley que la intervención quirúrgica se aplique cuando lo amerite la madre.

En otras instancias también pretenden evitar que una vez nacido el bebé se mantenga más tiempo con su madre y no sea retirado inmediatamente, como está sucediendo actualmente en los hospitales.

“Retiran al niño de la madre por horas y luego lo traen indicándole una fórmula láctea maternizada, sustituyendo el acto de amamantar, un momento de conexión tan importante entre la madre y el hijo que se ha perdido, pero lo vamos a recuperar”, recalcó.

La finalidad de este proyecto de ley está orientada a promover la humanización del embarazo, el parto y el nacimiento, garantizando el respeto a las creencias, prácticas culturales, conocimientos y tradiciones de los pueblos indígenas; viene a contribuir a la disminución de la mortalidad y morbilidad materno infantil.

Control ha mermado

Para el doctor Osorio, la paciente embarazada ha disminuido el control prenatal, quizás por la escasez de medicamentos, el funcionamiento inestable de los centros ambulatorios o las pocas visitas a su médico, sobre todo en embarazos adolescentes. Recomienda asistir a control, porque de esto depende la salud tanto de ella como de su bebé. “Muchas van sólo para hacerse un eco y conocer el sexo del niño, a partir de allí no van más”.

LAS CIFRAS

600 a 1.500 bolívares cuesta una consulta médica con un ginecobstetra

45 mil bolívares o más puede costar la cesárea en un centro de salud privado a paciente particular

70 mil bolívares si la intervención es por seguro

9 consultas como mínimo para monitorear el estado del bebé recomiendan los médicos