Hernán Castillo: La agenda venezolana 2015… nadie puede solo

Hernán Castillo: La agenda venezolana 2015… nadie puede solo

Este año 2015 que apenas comienza, seguramente tendremos elecciones parlamentarias y el año que viene 2016 tendremos la posibilidad de un referéndum revocatorio presidencial.

Ahora bien, si supuestamente vivimos en democracia y la oposición ha demostrado que es mayoría, que al menos tiene el cincuenta y dos por ciento de los votos, cuál es el problema que el gobierno salga del poder; por qué no evitarle futuros y mayores sufrimientos a Venezuela y propiciar una transición política pacífica?

La oligarquía militar y la boliburguesía civil en estos dieciséis años despilfarraron más de dos mil millones de millones de dólares, no le dejan a las futuras generaciones de venezolanos una obra de infraestructura física importante, y están dejando un país en ruinas y aún así pretenden quedarse eternamente al poder.

De tal manera que, como resultado del fracaso de un grupito de militares y sus sirvientes civiles por imponer, prácticamente a la fuerza, el socialismo del siglo XXI, que no es más que el comunismo del siglo XX, en Venezuela este año 2015 puede pasar cualquier cosa en cualquier momento.

En las condiciones de incertidumbre y anarquía que vive Venezuela actualmente no es nada sencillo plantearse una agenda para el 2015; sobre todo si pensamos en buscarle una salida pacífica a la crisis venezolana. Este año 2015 se presenta especialmente complicado, cada vez más nos acercamos peligrosamente al colapso y a la posibilidad de violencia generalizada de mediana intensidad, en cualquiera de sus formas, que hay que tratar de evitar.

La oligarquía militar y la boliburguesía civil van a tratar de mantenerse en el poder de cualquier manera y a cualquier costo, eso pareciera estar claro. Y las posibilidades de la Alternativa Democrática de sacarlos del poder consiste en crear una política unitaria de relación con los actuales poderes del Estado, en implementar una agenda, como dice el caricaturista Zapata, que combine la calle con el voto, la protesta social y política con la lucha electoral. La sola lucha democrática electoral es insuficiente para sacar del poder a la oligarquía militar y la boliburguesía civil; ya un CNE impuesto por una mayoría simple del Parlamento, violando la Constitución, pareciera que cambió los circuitos electorales para tratar de repetir el fraude electoral del “guerrimanderismo”, en que la oposición con la mayoría de los votos tiene menos diputados. Y eso sin hablar de las inhabilitaciones políticas perpetuas, la tortura, el maltrato y las violaciones a los presos políticos especialmente a los jóvenes estudiantes, los exiliados, la violación de los derechos humanos, el uso abusivo de los militares del PSUV en el Plan República y los “colectivos” paramilitares, las amenazas a la propiedad privada y a las libertades económicas y la libertad de expresión del pensamiento, la escasez de medicinas y alimentos esenciales, el caos de la salud, la educación y el deterioro de servicios públicos básicos como la electricidad, el agua y la seguridad policial, la inflación más alta del mundo, y el enorme peso del ventajismo de un petro-Estado corrompido en contra de los más elementales derechos civiles de la oposición política.

En Venezuela hay que tratar de hacer un último esfuerzo por construir una agenda mínima. Aquí nos entendemos o nos liquidamos como nación, tenemos los ejemplos de Haití y Argentina, dos países con grandes potenciales literalmente frustrados, y eso sin contar la tragedia cubana.

En las condiciones del mundo moderno, nadie por más poderoso que sea, o aparente serlo, puede solo; mucho menos aún en la cada vez más complicada y precaria situación venezolana.

@CastilloHernan

Exit mobile version