Luis Manuel Aguana: De Padres, Principios y Partidos

Luis Manuel Aguana: De Padres, Principios y Partidos

thumbnailluismanuelaguanaLa mención de los Padres Fundadores de los Estados Unidos de América en mi nota anterior fue introductoria (ver Principios Constituyentes ) en relación al verdadero papel de estas personas y los principios que siguieron para la construcción de la base sobre la cual se construyó esa nación.

La intención era abrir la curiosidad para investigar en la disertación del ex ministro chileno José Piñera, en la Universidad Francisco Marroquín, las enseñanzas que dejaron estos Fundadores y cuáles fueron sus principales aportes para que ese país sea ahora la potencia que es hoy en el mundo (ver Los Padres Fundadores de los Estados Unidos de América y lecciones para América Latina ).

Sin embargo, es tan interesante esta contribución del ex ministro Piñera a nuestra realidad latinoamericana que me voy a permitir extraer algunas conclusiones derivadas de ese análisis, en virtud de que nos hallamos en el medio de pensar un proceso de reconstrucción institucional del país a través de un proceso constituyente, reafirmando la importancia de esos principios a nuestras realidades políticas.





Comencemos por Thomas Jefferson (1743-1826). Habíamos comentado en la nota anterior señalada, que el aporte fundamental de Jefferson fue la redacción de la Declaración de Independencia norteamericana, y en ella indicar que los poderes de los gobiernos derivan de sus ciudadanos. En segundo lugar, que los hombres “…nacen con derechos entregados por su Creador y esos derechos son la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad”. En este sentido este Padre Fundador define qué debe defender y garantizar un gobierno: el derecho a la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad.

Jefferson definió el QUE en la Declaración de Independencia norteamericana. John Adams (1735-1826) define el COMO: “dentro de la ley”. “Adams es el hombre que dice una república debe ser un gobierno de leyes y no un gobierno de hombres… Hay que poner la fe en los principios, en las ideas, en los valores. La gente no debe poner su fe en un caudillo, la gente fuerte pone la fe en valores y principios”, indica Piñera.

Aquí recalcamos dos principios fundamentales de estos personajes considerados en Norteamérica como los héroes de la Declaración de Independencia. Primero, el PODER de los gobiernos deriva de sus ciudadanos, siendo su principal responsabilidad el proteger la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad de estos. Y en segundo lugar, que este poder debe ser arbitrado y administrado por Leyes e Instituciones, NO POR PERSONAS. En otras palabras dentro de un Estado de Derecho, independientemente de quien detente el poder.

Es bastante difícil quitarnos el caudillismo en nuestros países siendo nosotros los inventores de esa figura. Los caudillos latinoamericanos han pisoteado históricamente las Constituciones y han limpiado al piso con ellas. Y con nosotros los ciudadanos, a quienes se supone les deben defender la vida y la libertad, sin contar con la búsqueda de la felicidad, de acuerdo a esos textos constitucionales.

Es por eso asombroso ver como James Madison (1751-1836), considerado el Padre de la Constitución norteamericana, parece trasladarse al futuro y concibe un texto constitucional que PONE LIMITES AL PODER de las autoridades, porque su preocupación es el abuso del poder. De acuerdo a Piñera, “Madison se da cuenta muy tempranamente de que la esencia del gobierno es el poder y que todo hombre tiene dentro de sí mismo, al igual que muchas cualidades positivas, una tentación, una predisposición a abusar del poder, eso lo sabemos todos”.

Madison desarrolló toda una teoría de equilibrios de poder, explicada en El Federalista (ver toda la obra acá ), ensayos escritos conjuntamente con Alexander Hamilton (1755-1804) y John Jay (1745-1829), ambos igualmente considerados como Padres Fundadores norteamericanos, con la intención de defender el planteamiento federal de la Constitución propuesta a las 13 Provincias y convencerlas de su ratificación. Estos ensayos fueron publicados entre octubre de 1787 y mayo de 1788 en diferentes diarios de los Estados Unidos.

A juicio de Hamilton en estos equilibrios de poder, explicados en El Federalista, debe participar una sociedad civil fuerte, universidades independientes, grupos gremiales, así como una prensa libre y que “todo el mundo se controle unos a otros para que el poder sea mitigado, para que el abuso del poder sea contenido”, como indica Piñera en su conferencia.

Lo interesante, y a mi juicio, una de las cosas más importantes de todo este planteamiento, es que la Sociedad Civil tiene un rol de primera línea en contener el abuso del poder de quienes lo detentan, porque ese abuso SIEMPRE se presentará de parte de las autoridades, porque esa es una tendencia natural del hombre en el ejercicio del poder. Y creo que esta debe ser una enseñanza de primerísima línea para quienes pretendan cambiar el texto constitucional.

Cuando insistimos que el planteamiento Constituyente en Venezuela NO PUEDE NI DEBE SER SOLO EL LLAMADO DE UN PARTIDO POLITICO no es porque estos no deban estar presentes en la construcción de un nuevo orden institucional, sino porque para construir un país deben existir los equilibrios que garanticen que se contengan los abusos y las ambiciones de poder generalmente presentes cuando se pone en práctica una nueva Constitución. Eso lo sabía Alexander Hamilton y de allí su preocupación de limitar el ejercicio del poder y la teoría de las facciones en equilibrio.

La sociedad civil, los partidos, las universidades, los gremios, los profesores, los estudiantes, todo el mundo debe estar incluido y llamado a participar en un proceso Constituyente. Si no, no se puede llamar Constituyente porque de lo que se trata es de CONSTITUIR un país con TODO EL MUNDO, no solo con quienes están en una parcialidad. Eso fue lo que no se hizo en 1999 y lamentablemente estamos sufriendo las consecuencias de eso. No se trata solamente de salir de un pésimo gobierno y rescatar a los presos políticos. Se trata de hacerlo bien, no solo porque si se hace bien se logra eso sino mucho más que eso. Solo aprendamos de la que ha probado ser por más de 230 años la verdadera “Mejor Constitución del mundo”…

Caracas, 23 de Septiembre de 2014

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