José Toro Hardy: ¿Cómo nos ve China?

José Toro Hardy: ¿Cómo nos ve China?

thumbnailjosetorohardyLa discusión acerca del aumento del precio de la gasolina fue una línea que trazó el gobierno para ver si podía proceder con la medida.  Según el resultado de algunas encuestas, cerca del 65% de la población se oponía (chavistas y opositores por igual)

Contradiciendo  lo que  Ramírez venía afirmado, el Presidente reculó  y declaró ahora que no hay apuro en aumentar los precios, que no hay un problema de recursos y que la medida algún día habrá que tomarla.

Lo malo es que la situación macroeconómica del país  es efectivamente muy frágil.  Tan delicada es que  Dagong Global Credit  Rating Co anuncia desde Beijing que ha rebajado la calificación crediticia de Venezuela de BB+ a BB-





Cómo BB- se califican  riesgos altamente especulativos, donde el deudor enfrenta incertidumbres y condiciones económicas adversas en marcha que podrían conducirlo a una inadecuada capacidad de cumplir con sus obligaciones.

Dagong es la más importante agencia calificadora de riesgos de China y fue fundada con el acuerdo conjunto de The People´s Bank of China  y  the  State Economic and Trade Commission.  Es una institución obviamente cercana al gobierno de la República Popular China.

   Al rebajar la calificación crediticia de Venezuela, Dagong presenta en su análisis algunas de las siguientes argumentaciones:

Los crecientes riesgos económicos amenazan la estabilidad política  de Venezuela y el ambiente para repagar la deuda tiende a deteriorarse” … “la inefectividad que el gobierno muestra en  el manejo de los desbalances económicos estructurales y así como de los decrecientes beneficios sociales,  se traducen en un descontento público cada vez mayor hacia al gobierno, lo cual que debilita las bases mismas de su capacidad de gobernar …”

“Serios desbalances macroeconómicos van a arrastrar a Venezuela en el corto plazo a una recesión y a exacerbar el riesgo de tensiones sociales. Su elevado déficit fiscal, sus insuficientes reservas internacionales  y las presiones hacia significativas devaluaciones de su moneda local, contribuyen a una evidente tendencia de deterioro en los niveles  de solvencia -tanto en moneda local como en moneda extranjera- del gobierno …  ”

Sostiene  además el informe de Dagong:

   “El elevado déficit fiscal se suma al peso de la deuda. Enfrentada  a una recesión económica a corto plazo y a  la intensificación de contradicciones sociales,  los gastos para el bienestar social continuarán expandiéndose rápidamente, presentándole  al gobierno mayores presiones financieras. En el 2014 el déficit fiscal proyectado alcanza al 14,7% del PIB. Ante la  necesidad del gobierno de financiar ese déficit de gran escala, el peso de la deuda pública crecerá rápidamente. Se espera que la carga de la  deuda pública general alcance al 52,2% del PIB y posiblemente exceda el 60% en el 2018 …”

   “En el 2013, las reservas internacionales cayeron a 5,7% del PIB, cubriendo apenas 95,6% de las de las deudas externas a corto plazo y 19,4% del total de la deuda externa. En el corto plazo, el riesgo de insolvencia ante la deuda externa tiende a escalar.  El deterioro de la balanza externa conduce a mayores presiones hacia la devaluación de la moneda local y también a la caída de las reservas internacionales …”

 Ni los más recalcitrantes economistas opositores al gobierno han hablado tan claro Resulta evidente que el país que más ha aportado recursos a Venezuela durante la revolución, ve con desconfianza el destino económico de nuestra nación.    Esto es el resultado de la  desastrosa  administración de quienes han estado al frente de la misma.

El Socialismo del Siglo XXI está naufragando. Su admirada China se los está anunciando.  Las posiciones ideológicas que asumieron son muy adecuadas para hipnotizar a las masas en elocuentes discursos, pero en la práctica han demostrado que son incompatibles  con la solución de los problemas de los pueblos.

Me pregunto cómo se las arreglará ahora el gobierno para conciliar las profundas contradicciones entre  exigencias de sus “decrecientes” partidarios y las  exigencias  de la economía

El aumento del precio de la gasolina parecía el recurso más fácil de aprobar. No era difícil explicar que los dueños de camionetas de lujo no necesitan subsidios. Pero los próximos pasos -como por ejemplo la unificación cambiaria-  implicará una fuerte devaluación y tendrá un impacto inflacionario profundo. Lo mismo ocurrirá con un aumento en el precio de los servicios públicos.

¿Cómo irá a percibir el pueblo medidas que sin duda alguna lo van a impactar de manera directa? Me parece que el oficialismo entró en un callejón sin salida. Si optan por no tomar ninguna medida, la crisis económica se agravará de tal forma los arrasará. Pero la adopción de medidas que durante años criticó el propio oficialismo,  se llevará por delante de declinante popularidad gubernamental. Si  no los agarra el chingo los agarra el sin nariz.

 

pepetoroh@gmail.com

@josetorohardy