Telenovela y valores por @lmesculpi

Telenovela y valores por @lmesculpi

thumbnailluismanuelesculpiEl anuncio pasó casi desapercibido, prácticamente por debajo de la mesa, por supuesto no suscitó el impacto ni la polémica que en su época desató la incorporación de algunos escritores venezolanos como guionistas de telenovelas entre la intelectualidad venezolana. Sin ser aguafiestas, ni crítico de “dramáticos” como se denomina el género en los canales de TV, dudamos que tengan el éxito de La Señora de Cárdenas de José Ignacio Cabrujas, ni la penetración de Por estas Calles de Ibsen Martínez. Ahora recuerdo que mi único contacto con ese género lo hacía cuando, junto a Eduardo Pozo, visitamos al maestro en su residencia para conversar sobre su participación en actos políticos que programábamos, mientras describía a sus colaboradores capítulos de otra de sus famosas: La Dueña.

El cuento viene al caso pues Maduro anunció, nada más y nada menos que en cadena nacional, el inicio de la producción de tres telenovelas por el canal que sustituyó a RCTV, afirmando que sería: “el inicio de una nueva etapa que va a revolucionar la telenovela de valores”. Junto al Presidente del canal, el ex animador de La Guerra de los Sexos  y el actor que lo acompaña en la Directiva, anunciaron la inmediata realización del casting para seleccionar y “descubrir nuevos artistas”.
Apenas iniciado el evento de selección participó en él, un ex Alcalde de Guatire de nombre Gerardo Rojas quien, en sus años de contestatario en el Liceo Andrés Bello era conocido como Beethoven y quien, según las malas lenguas, le puede ir mejor en la actuación que al frente de ese Municipio.
Lo que no entendemos en verdad es la necesidad del casting cuando en el propio gabinete y en el resto de los Poderes hay estupendos artistas; primeros actores y personajes secundarios (estos abundan) además de los extras, si se necesitan escenas violentas -no para horario infantil- que muestren despiadada represión allí hay varios protagonistas, destacando los cuerpos encargados del “orden público” y el Ministro capaz también de elaborar narraciones fantásticas.
Si el elenco requiere actores que hagan el papel de “malos” y gala de cinismo resultaría extremadamente difícil  la selección; compiten los del área económica, algunos personajes femeninos y por supuesto los boliburgueses. También sería igualmente laborioso, pero por razones opuestas, escoger algún actor para hacer el papel del bueno de las telenovelas. A menos que la versión oficial excluya a los boliburgueses del rol de los bandidos.
Al pretender trasmitir valores como los de las ejecutorias y la ética del llamado “socialismo del siglo XXI” y los contenidos en algunos textos escolares esas novelas tendrán una audiencia inferior a la del canal donde serán trasmitidas.
Al escoger el repertorio para las telenovelas de TVES en la “nueva etapa” mencionada por Maduro, se hiciera si en el casting y de acuerdo al método sugerido en estas líneas, además del ahorro, cosa que parece importarles muy poco, los “dramáticos” podrán ser promovidos, sin necesidad de inventar algún slogan, utilizando uno de otras etapas porque serán verdaderamente “arrancados de la vida real”. Esa sería otra ventaja adicional.
Luis Manuel Esculpi