Orlando Viera-Blanco: Les pido perdón a nuestros estudiantes

Orlando Viera-Blanco: Les pido perdón a nuestros estudiantes

thumbnailorlandovierablanco“Sr. Cabello: desde aquí le digo que estoy vivita y coleando para defender mi puesto y el de los electores que votaron por mí”. Así le responde María Corina Machado al capitán Cabello. Otra, ante un gobierno que se confunde con el Estado haciendo del presidente un monarca, de los poderes públicos sus súbditos y de las Fuerzas Armadas su corte real, hace rato hubiese entregado un curul que no-puede representar al pueblo que la eligió, porque para la doctrina chavista del Estado absoluto, revolucionario y militarista, el pueblo que disiente (ahora resiste y desobedece), no es pueblo sino un enemigo.

MC Machado y Leopoldo López son una excepción noble, notable y valiente de una generación cómoda. De una generación “afortunada” en su infancia, que vivió los últimos retazos del mito de la riqueza, pero castrada en su adolescencia por el absorto de una quimera embriagadora de “Miami ta’ barato, dame diez”. Una generación que aprendió lo inaceptable: convivir con la pobreza extrema, importándole poco o nada lo que ocurría a nuestro alrededor, ignorante de las profundas causas y consecuencias de la miseria. Una generación que agradece infinitamente a nuestros padres, sus esfuerzos y sacrificios para darnos gustos, estudios y futuro, pero donde ese futuro lo echamos a perder, por no adoptar un mínimo de sensibilidad social, ciudadanía y reconocimiento del otro. En lo personal no tengo excusas a mi letargo, por ser hijo de una mujer incansablemente dedicada al hogar y como privilegiado heredero del roble espíritu de un galeno, que desde niño me sembró consciencia por sus humildes pacientes y respeto por mi tierra. No albergo argumento para justificar por qué no-reaccioné cuando tenía que reaccionar; por qué con mi silencio, desinterés o pasividad, colaboré con lo que vino después… Y ahora dejamos solos a los estudiantes, resolviendo ellos con su vida, lo que no-supimos evitar nosotros a menor costo. Algo se perdió en el camino. Si de algo debemos rendir cuenta, es que en nuestras manos estuvo contener la llegada de Chávez, con su ejército de reflujos, rencores y odios represados. Inquina que no nació el 4F-92, sino desde aquellos días que Luis Herrera Campíns desde Caucaguita, se preguntaba con Carlota Flores y su hija en brazos a la retaguardia, si eso era correcto… Pregunta que se hacía Luis Herrera a Piñerúa desde una arenga, pero que no-nos hicimos después de un gobierno de bonanzas perdidas (CAP I) ¿Hemos sido entonces una generación piadosa? ¿Cuál ha sido nuestra búsqueda? ¿El dorado o una sociedad justa? ¿Acaso la corrupción hoy la monopoliza la revolución? ¿Quién eligió a un golpista-comandante PR: el pueblo o la gente cansada de ostracismo, indiferencia y antipolítica? ¿Cuál ha sido nuestro estilo hispánico (dixit César Vidal) de “hacer negocios”? ¿No estuvimos a tiempo de construir otra historia?

Alina Fernández Revuelta, hija exiliada de Fidel Castro, dijo desde Francia que al escuchar el grito de los venezolanos desde la calle, cubanos go home, le provocó una emoción agridulce, que no puede definir. “Cubanos go home es el clamor en estos días, es el grito de los jóvenes de hoy, que tenía que haber sido de sus abuelos, sus padres y maestros; que tenía que haber sido de los jóvenes de ayer”. Pues comparto y asumo esa responsabilidad. La voz de mi generación se quedó rumiando “la dama de la ciudad” de Frank Quintero o “el me pongo a pintarte” de Guillermo Dávila… Una generación “visa”, cándida, resuelta y con un savoir faire de yo no fui o yo no estuve ahí, cuya indiferencia favoreció el dejar hacer de apóstoles buchones, el languidecer de miserables en barracas de cartón y la ocupación gendarme a la cubana que nos llegó de madrugada. No me queda más que pedirles perdón a esos gallardos estudiantes que están dejando su corazón por sus padres; por la confusión, el desinterés y la ignorancia -al decir de Alina- de las generaciones que les precedieron.





Ejemplos como MC Machado y Leopoldo López excepcionalmente, le plantan cara a Castro. Hacen presente una generación ausente. Pudiendo vivir a resguardo y buen comer por sus méritos académicos y corporativos, han elegido la noble misión de luchar por sus hijos y por los nuestros, defender a los estudiantes y encarar el reto de construir una sociedad más aguerrida  pero más humilde. De derrotar el origen histórico de todos los males: la indiferencia, suma todas las violencias y conductora del caudillo vengador. Ellos son expresión de redención de todo aquello que hemos dejado de hacer, pero que estamos a tiempo de emprender. Betancourt alertó del objetivo de Castro: nuestra riqueza petrolera. El 27F-89, el 4F-92 o el 06-12-97, no llegaron por casualidad. Alina Fernández afirma que la inteligencia cubana siempre estuvo aquí. Y desató todos sus demonios cuajando -en nuestras narices- la República Bolivariana de Venezuela. Un gobierno autárquico ajeno a los ideales de Simón Bolívar y afecto al castro-comunismo, que cabalga (y marca) a América Latina. Hoy nuestros jóvenes libran esa batalla y se emancipan de ese yugo, como no supimos ni quisimos hacerlo antes.

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