Leonardo Palacios: La libertad económica se fue de viaje

Leonardo Palacios: La libertad económica se fue de viaje

Ya no es de extrañar que Venezuela aparezca en los últimos lugares en los informes conclusivos de análisis y estudios efectuados en diversos tópicos (atracción de inversiones, ambiente de negocios, corrupción administrativa, crecimiento económico, inflación, pobreza seguridad personal y jurídica, etc.)

El último de estos informes que causan dolor y nos coloca como un país lastimero es el Reporte Anual de Libertad Económica (2013) elaborado por James Gwartney, Robert Lawson, y Joshua Hall publicado por el Instituto Fraser (http://www.freetheworld.com).

En efecto, Venezuela aparece en el lugar último lugar, puesto 152 después Togo, Etiopía, Algeria, República democrática del Congo, Burundi, República Centroafricana, Angola, Chad, Zimbabue, Republica del Congo y con índice de 3.93.





En otras palabras, nuestro país se encuentra después de ocho países africanos; en la antípoda de Hong Kong, Singapur, Nueva Zelanda, Suiza, los Emiratos Árabes, Mauritas, Finlandia, Bahréin, Canadá y Australia; y a cierta distancia de sus vecinos Colombia y  Brasil que ocupan los lugares 96 y 102, respectivamente.

El índice empleado en “Economic Freedom of the World” pondera el grado en que la institucionalidad y las políticas públicas de los ciento cincuenta y dos países analizados apoyan o favorecen la libertad económica.

El reporte de EFW se publicando desde 1996, siendo su base de datos, que en más de cien países se remonta al año de 1980 y, en algunos casos, a 1970, el apoyo para que otras instituciones hayan podido examinar el impacto que la libertad económica ha tenido en los niveles de inversión, el crecimiento económico, la determinación de los niveles de ingresos de la población y lo índices de pobreza.

El informe analiza  cuarenta y dos variables que conforman en su conjunto las aéreas siguientes: el tamaño del gobierno, su estructura administrativa; el ordenamiento jurídico y el derecho de propiedad; la estabilidad de la moneda; la libertad de comercio internacional y la regulación.

Los puntos centrales sobre los cuales se erige el concepto de libertad económica usado por el informe son las decisiones personales; la libertad del cambio moldeado por el mercado; la libertad de poder entrar o acceder al mercado a competir y la seguridad personal y jurídica que permite la protección frente cualquier acto o acción de terceros que tienda a desconocerlo.

La libertad económica, en el sentido dado por el informe, se verifica cuando los ciudadanos están legitimados para escoger por ellos mismos y asumir compromisos derivados de la multiplicidad y variedad de negocios jurídicos que pueda celebrar con otros conciudadanos sin que implique daños a terceros y a su propiedad.

La libertad económica, de empresa o industria está consagrada en nuestro país, siguiendo una tradición constitucional y respondiendo al reconocimiento e incorporación con carácter preeminente de los derechos humanos en nuestro ordenamiento.

En la vigencia plena del Estado democrático Social y Derecho el derecho económico de articulación del talento con fines económicos de rentabilidad o carácter lucrativo con la decisiones libres relacionadas a la conjugación de los factores de producción (tierras, capital y trabajo), no es absoluto o ilimitado, encuentra condicionamientos consensuados en democracia que se encuentra plasmados en la Constitución y en las leyes.

Tales condicionamientos y limitaciones deben responder a los principios y valores de ese tipo de Estado y ser el producto de una legislación complementaria a la Constitución, que se supone ser el producto de una visión compartida del país, la cual dictada dentro de los parámetros naturales del sistema democrático que le son inherentes (representatividad, participación y transparencia).

No resultan legítimas y susceptibles de ser reputadas como lesivas  la libertad económica adoptada por una abierta discrecionalidad del gobernante en mérito de un capricho, ánimo de retaliación, exclusión o discriminación; la instauración de un régimen económico que desconozca la propiedad o vacié de contendido la libertad económica o empresarial.

La libertad tiene diferentes aristas, una proyección universal de múltiple enfoque y un mismo sentido de pertenencia a los conceptos de dignidad y desenvolmiento de la personalidad pero la libertad económica es el supuesto más importantemente de su expresión.
La libertad económica es consustancial a la ciudadanía. La inteligencia de un gobierno democrático sin ambivalencias y sin extravíos conceptuales de ningún tipo es buscar el sano equilibrio entre los derechos del colectivo que la gestiona mediante el dialogo y la participación de todos los sectores.

La libertad económica es de todos y para todos. Cuando el gobierno en una búsqueda frenética  de controlar las decisiones libres que los ciudadanos deben tomar en su inserción en la economía, la conjugación de sus talentos en el juego que se traba en función de la disponibilidad de los recursos que se tiene, la libertad se va evaporando.

Las limitaciones en orden a la razón social y a los derechos colectivos, se traducen en insana arbitrariedad que debe llamar la atención de todos pues ello representa el inició del tránsito hacia el desconocimiento general  del derecho de todos a ser libres, a dedicarlos a la actividad económica de nuestra preferencia y obtener recursos que nos permita construir niveles de riqueza.

Cuando el Estado, en las distintas áreas analizadas en el informe que analizaremos en algunos de sus aspectos en entrega posteriores,  asume un actitud sistemática de agresión a la libertad económica se desvanece la libertad individual, se convierte al colectivo en usufructuario, si es que la acción gubernativa se traduce en bienestar,  directo de una violación y se auspicia la conversión indebida e inconveniente de la democracia en un régimen autoritario que abandona la senda del respeto de sistema de libertades públicas para refugiarse en la violencia institucional.

La libertad económica es lo que nos permite emprender; crecer en lo espiritual y en lo material; construir riqueza para el presente y el futuro; levantar la estructura del bienestar para nosotros y nuestra familia.

La libertad económica es la que permite la grandeza de una nación, su crecimiento económico y el bienestar de todos.

La libertad económica es lo que nos permite ser verdaderamente libres; es el resumen de todos los demás contenidos de la libertad. Es lo que nos da la carta de da libres.

Por algo los pupilos de Carlos Marx se empeñan en cercenarla, limitarla hasta ahogarla, sin que quede un resquicio de iniciativa privada.

La libertad no puede dejársele que se vaya de viaje, como en la canción de Giordano Di Marzo.