Al menos 98 funcionarios han sido ultimados en Caracas durante 2013

Al menos 98 funcionarios han sido ultimados en Caracas durante 2013

 

Foto Archivo

Dos soldados de la Guardia Nacional Bolivariana -quienes eran gemelos- y dos trabajadores fueron asesinados este sábado a las 5:00 am cuando esperaban transporte público en la parada del sector El Puentecito, frente al barrio San Isidro, a la altura de la carretera vieja Petare-Guarenas. En lo que va de año 98 funcionarios han sido ultimados en La Gran Caracas, reseña El Carabobeño.

Los alistados Luis Alejandro y Luis Javier Licett Maestre (19), nativos de oriente, prestaban el servicio militar en una unidad de la GNB en El Paraíso; Gonzalo Palacios (50) era funcionario de seguridad de CANTV en Los Cortijos; y Roberto Rodríguez (45), padre de una funcionaria del Cicpc destacada en la medicatura forense, vendía frutas y hortalizas en Petare.





Los hermanos Licett salieron de permiso el viernes y pasaron la noche en casa de unos tíos paternos que viven en San Isidro, porque pensaban viajar a oriente a pasar fin de año. Eran del sector Asagua, Maturín, estado Monagas. Se levantaron de madrugada para ir a comprar los pasajes en el terminal de oriente y llevaban su equipaje porque si conseguían cupo se embarcaban de una vez.

En la parada los atacaron junto con otras cuatro personas. Un quinto vecino logró correr herido y ocultarse en medio de la oscuridad para luego ser auxiliado y llevado al hospital Pérez de León. A una mujer los criminales le perdonaron la vida porque tenía una niña, le quitaron la cartera y le dijeron que corriera.

Los vecinos escucharon varios disparos. Ignoran si los delincuentes andaban en carro o en motos, pero alguien dijo que escuchó el motor de un vehículo retirarse a velocidad.

A las víctimas las despojaron de sus pertenencias y les dispararon en las cabezas. Los gemelos y el trabajador de la CANTV cayeron en la cuneta, y el verdulero murió al pie de las escalinatas que conducen al barrio.

Al frente de donde ocurrió el suceso hay un gigantesco basurero nauseabundo plagado de gusanos. Se nota que los vecinos le han prendido candela varias veces. La brisa atiza las cenizas y el humo contaminante invade todo el lugar. Muchos curiosos prefieren cubrirse las narices hasta presenciar el final del evento, cuando la furgoneta se lleva los cadáveres para la morgue, y en fila india -cabizbajos- regresan a sus hogares.

Lizbeth García, tía de los hermanos, dijo que ellos estaban de visita en la casa de sus parientes en la calle Rafael Olivo, y se iban ayer para Maturín.