Brian Fincheltub: Hablemos de fascismo

Escuchamos a muchos pronunciando esta palabra con gran ligereza, atreviéndose incluso a etiquetar a quienes, según su percepción, se ubican dentro de esta corriente ideológica que tanto daño le ha hecho a la humanidad. Como venezolanos somos afortunados en desconocer la guerra. Desde que se pacificó el país entrado el siglo XIX hemos vivido en paz. Aunque hoy libramos otras luchas por la vida, el horror, la miseria, los desplazamientos y la destrucción de la guerra, no la hemos sentido de cerca. Repito de nuevo, afortunadamente.

De mi abuelo conocí el relato sobre el rostro del fascismo, huyó muy pequeño de Rumania frente a los desmanes contra los judíos. Fue una decisión de vida que lo llevó a perder su patria, pero a ganar otra: Venezuela. Un país que le abrió las puertas siendo extranjero, le brindó oportunidades para crecer, formar una familia y seguir creyendo en lo que siempre ha creído sin discriminación. Tanto así, que mi abuelo no se imagina viviendo en otro país que no sea Venezuela. No se ve desplazado nuevamente a causa del resentimiento, la división y el odio.

El fascismo no es un simple insulto contra quien piensa diferente. Pisotean la inteligencia del venezolano usando este calificativo de manera irresponsable cuando sus prácticas los delatan, pareciera que se reflejan en un espejo tratando de ofender al contrario. El fascismo para aclararle un poco el termino a quienes lo usan a diestra y siniestra, es ante todo la exaltación de la pasión sobre la razón, la exacerbación de los sentimientos más bajos de ser humano, principalmente el resentimiento y el odio contra minorías étnicas, políticas o religiosas. Se caracteriza por contar por eficaz aparato de propaganda, que crea seguidores adoctrinados que usan la violencia para imponer su sistema de ideas. Se escuda detrás del nacionalismo para expandirse y exportar su doctrina a otros países. Tiene un fuerte componente revanchista que se expresa en persecución.





Nuestro deber como generación es recordar al presente un pasado que no se puede repetir. Las acciones de quienes ahora tienen el poder de manera ilegitima, hasta que no se demuestre lo contrario, se acercan mucho a la visión fascista de gobernar. Aunque ellos acusen a la oposición de sus propias practicas, no es nuevo, el fascismo quemó el parlamento alemán para culpar a sus opositores y emprender una cacería de brujas.

Cuando uno los ve hablar entiende que aplican muy bien la técnica de proyección. Pues aquí los únicos que persiguen, amedrentan, amenazan, injurian y discriminan son ellos. Los llamados a limpieza política en organismos públicos, las amenazas de desalojo de apartamentos de la Misión Vivienda por tocar cacerolas, las más de 150 detenciones por ejercer el derecho a la protesta, las humillaciones a quienes están detenidos obligándolos a gritar consignas a favor del ilegitimo, los ataques a medios de comunicación para que no informen, la destitución de los diputados de la Asamblea Nacional de las comisiones y los constantes llamados a la confrontación de la red de medios de propaganda del gobierno configuran un claro panorama acerca de dónde están los fascistas.

Ustedes han decidido que fuera así señores que ahora controlan el poder a fuerza de intimidación y “mano dura”. No han entendido el país y andan sin brújula tratando de agarrarse de la carpa del circo mientras caminan por la cuerda floja. La paz del país depende fundamentalmente de su discurso, si no conocen los desastres de la guerra ni los horrores del fascismo no le sigan haciendo apología. Venezuela votó por la paz y en esta ola de cambio se seguirán sumando muchos más día a día, decidan ustedes lo que quieren hacer ¡PAZ para Venezuela!

 

 

Brian Fincheltub

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